sábado, 16 de octubre de 2010
benditos aquellos que tienen
Hermaion* y su hermana Serendipia
Hermes es el dios olímpico mensajero, de las fronteras y los viajeros que las cruzan, de los pastores, de los oradores y el ingenio, de los literatos y poetas, del atletismo, de los pesos y medidas, de los inventos y el comercio en general, de la astucia de los ladrones y los mentirosos (¡Cuanta gente!).
j´aime mon carré
j´aime mon carré es el nombre de la web puesta en funcionamiento por HERMÉS el pasado mes de julio y cuenta ya con mas de 150.000 seguidores. Viajando de Londres a Nueva York, pasando por Tokio y París, siete modelos presentan las diferentes maneras de llevar un pañuelo HERMÉS, cualquier pañuelo, a diario. Este complemento de forma cuadrada, creado en 1937 y elaborado a mano con las mejores sedas traídas de China, se convirtió poco a poco en un accesorio de culto.
Hermès supervisaba la producción de sus pañuelos de comienzo a fin: compraban seda china en bruto, la hilaban y la tejían dos veces para hacerla más resistente y densa que la mayoría de los productos similares en el mercado. Los diseñadores de Hermès llegaban a pasar años creando nuevos motivos, los cuales eran estampados por cada lado de la pañoleta individualmente con pigmentos vegetales. Cada color que se añadía a la tela podía tardar hasta un mes en secar, tiempo que el siguiente tono debía esperar para ser aplicado. Los dibujantes podían elegir entre 200.000 colores diferentes, llegando a usar hasta 40 de ellos en el diseño más complicado. En 1937, una planta dedicada exclusivamente a la fabricación de pañuelos fue abierta en Lyon, Francia.
Tras la introducción de la pañoleta, los accesorios fueron integrados a la cultura francesa. Ese mismo año, Hermès celebró su 100 aniversario. La filosofía de Hermès "Cuero, deportes y una tradición de elegancia refinada".
Unas valiosas lecciones de estilo de estética "street style" presentan las diferentes formas de llevar el conocido carré, uno de los "must" de la marca. Enseñan divertidas formas de vestir el relanzado pañuelo de la marca, relegado durante años a un target más adulto y selectivo.
Ideada por Bali Barret, directora creativa del trabajo de la seda en Hermès, en colaboración con el fotógrafo inglés Matt Irwin, el director artístico Dean Langley y la estilista Francesca Burns, más de 1000 instantáneas dan vida a este nuevo proyecto.
la letra pequeña:
las bailarinas son preciosas pero apenas se lucen ya que el pañuelo es demasiado grandes por lo que es dificil darle gracia y mostrar a la vez el estampado. Cuando llueve no te lo puedes poner: si se moja se destiñen. Hay que limpiarlo en seco en la tintoreria...¡un engorro!
en cambio
¡que alivo!
LOS LADRONES usan gorra gris, bufanda oscura y camiseta a rayas. Algunos llevan una linterna sorda en el bolsillo. Por otra parte, se enamoran de robustas muchachas,
coleccionan tarjetas postales y a veces lucen un tatuaje en el brazo izquierdo,
una flor, un barco y un nombre: ROSITA.
Todos los ladrones estan enamorados de Rosita y yo también.
Los ladrones saben silbar, bajarse de los coches en movimiento y bailar el vals.
Aman, sobre todo, a la madre anciana y cuando esta se les muere cantan un tango,
lloran desconsoladamente y de los objetos dejados por la muerta,
a repartise entre los hermanos, eligen una virgen de plata y el canario.
Raúl González Tuñon
*(en griego un hallazgo afortunado era un έρμαιον)
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4 comentarios:
Con razón no tenía camisa el hombre feliz
muy buena lección. A veces resulta difícil saber como hacer con un pañuelo cuadrado.Si acertamos una bono loto nos compraremos tres o cuatro pañuelos de Hermés,aunque destiñan con la lluvia o al lavarlos. Siempre hay un establecimiento cerca de casa que los puda limpiar en seco o como sea
muy lindos los ladrones de Tuñón Parece que son Luis Candelas, como poco . Ya cantaremos lo de debajo de la capa de Luis Cndela mi corazón amante vuela que vuela Madrid te está buscando para perderte y yo te busco solo para quererte......etc
Hace unos años, en un bar de Santiago que se llama Modus Vivendi, un tipo sacó un violín y empezó a tocar, y otro sacó ese libro y leyó el poema de los ladrones. Desde ese día, yo también amo a Rosita.
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