Navega el navegante, aunque sepa que jamás tocará las estrellas que lo guían

¡Salud a la cofradía trotacalle y trotamundo!


domingo, 3 de octubre de 2010

ya te miro, ya te gozo




Tiempos modernos


"La coronación de Poppea" de Claudio Monteverdi

"Primigenia ópera de clara factura barroca donde la delicada naturaleza de la orquesta equilibra la textura vocal de la temprana "monodía accompagnata". Nada de lo que luego el estragado romanticismo hará en manos de Wagner. Las lineas melódicas son puras, sencillas, tan solo en ocasiones se aprecian pasajes de espeso corte cromático como en el preludio a la muerte del astuto Séneca.


Puesta en escena de Robert Carsen:




Toda la opera resulta un "recitativo" que soporta la narración de la historia. Este recitativo es muchas veces "arioso", elevando la delicada naturaleza musical. La última escena del último acto "Pur ti miro", aria de lamento, un bajo "ostinato" soportado por sol, fa, mi, re; sol, fa, mi, re, ..., nos lleva a la apoteosis final en un paroxismo musical de delicada naturaleza donde las voces, a menudo a la distancia de tercera, funde la naturaleza masculina y femenina, dada la tesituta de la voz contratenor de Nerón. He aquí el epítome de una ópera barroca." (VDG)




los tres de Oviedo

Se trata de una coproducción de Oviedo, con los teatros Arriaga, de Bilbao; Villamarta, de Jerez, y Calderón, de Valladolid.

Las diosas Fortuna, Virtud y Amor, abren la escena dentro de un Spa, dándose un masaje, y tapando con sus comentarios y gemidos sus respectivas líneas de canto.
Ambientada en la Roma del siglo I, el equipo artístico, con Emilio Sagi a la cabeza, actualiza al máximo la puesta en escena y acercar la acción a la actualidad. La arquitecta Patricia Urquiola se encarga del diseño de la escenografía y Pepa Ojanguren del diseño de un vestuario en el que se incluyen minifaldas, tules, lentejuelas, americanas, zapatos de tacón, collares para nerón ... y paparazzi cubriendo la escena de "la coronación de Poppea".


Y fue el sabado, el 2 de Octubre, en el Arriaga que yo la vi.
¡Una pena habertela perdido!



Patricia Urkiola, con líneas puras

Una plataforma de madera lacada en negro funciona como base fija sobre la que desfilan Poppea, Nerone, Ottavia, Ottone, Seneca, Drusila… Diversos elementos descienden de la tramoya para recrear los espacios en los que se desarrolla la historia que, gracias a lo aparentemente simple de los objetos diseñados por Urquiola, eliminan cualquier vestigio de temporalidad universalizando el contenido.




Pepa Ojanguren




Trajes modernos para ellos, sobre todo para Nerón y Ottone: de colores oscuros, ó blanco, ceñidos al cuerpo, con camisetas y collares... Las pedrerías y el rojo de algunas prendas de Popea contrastaron con el austero vestuario de la mujer del emperador. Este, poco acertado.

Emilio Sagi

El director de escena dice que "quería que los dioses fueran muy pop, una locura, esa especie de glamour grotesco que retrata David Lachapelle". Los "alados" rosas excesivamente "kitsch".














dúo final entre Nerón y Popea:










Un momento de rapto en el que la voz de la soprano Poppea y la del contratenor Nerón se vuelven indistinguibles.



PUR TI MIRO
Pur ti godo,
pur ti stringo,
pur t’annodo.
Più non peno,
più non moro,
o mia vita,
o mio tesoro.
Io son tua,
tuo son io,
speme mia,
dillo dì,
tu sei pur
l’idol mio,
sì mio ben,
sì mio cor,
mia vita sì

YA TE MIRO,
Ya te gozo,
Ya te estrecho,
Ya te abrazo.
Ya no peno,
Ya no muero,
Oh mi vida,
Oh mi tesoro.
Yo soy tuya,
Tuyo soy,
Mi esperanza,
Dilo, di,
Eres tú
Ídolo mío,
Si, mi bien,
Sí, corazón,
Vida mía, sí.

3 comentarios:

baldo dijo...

http://www.youtube.com/watch?v=jh_1CKyZVSc

Anisia Serendipia dijo...

"Ten piedad de mí, Dios mío,
advierte mi llanto.
Mira mi corazón
y mis ojos que lloran
amargamente ante Ti.
¡Ten piedad de mí!"

No cantará el gallo, sin que me hayas negado tres veces.

¡Muchas gracias! Que desolacion la del pobre Pedro después de haber negado tres veces al Maestro.Haber negando que le conocía cuando los soldados de Caifás le señalaban como uno de los doce discípulos.

baldo dijo...

qué desolación la de quien niega tres, cien veces lo que es, lo que ha sido y no tiene un dios al que dirigir su plegaria