Navega el navegante, aunque sepa que jamás tocará las estrellas que lo guían

¡Salud a la cofradía trotacalle y trotamundo!


jueves, 22 de febrero de 2018

y con ser todos mortales


Tiempo, que todo lo mudas


tú, que das muerte y das vida
a la vida y a la muerte.

Tiempo venerable y cano,
pues tu edad no lo consiente,
déjate de niñerías,
y a grandes hechos atiende.


Quevedo
[me ha parecido que le pegaba]

 ALL IRON, Forges!

domingo, 18 de febrero de 2018

era rubia como la chevecha, no más




No sé cuántas botellas de cerveza
consumí mientras esperaba que las cosas
mejoraran.
No sé cuanto vino, whisky
y cerveza,
principalmente cerveza
consumí después

Charles Bukowski

cuando tenga ched, chevecha no mas













 

Cerveza
ríos y mares de cerveza
cerveza, cerveza, cerveza.
La radio pasa canciones de amor
mientras el teléfono permanece en silencio
y las paredes se ciernen
y cerveza es todo lo que hay.

 Charles Bukowski

martes, 13 de febrero de 2018

gracias a los exámenes y a los profesores el arribismo comienza a los seis años


#guccidanslesrues



De súbito sonó el clarín llamando al ataque o vinieron a avisarle, el caso es que, en el apuro -para escribir utilizaba un lápiz largo, como de carpintero-, olvidando tomar el fusil, salió a todo correr de la carpa… empuñando el lápiz a manera de arma.
¡En verdad, lo era! Como también lo era la rosa que un miliciano colocara en la boca del caño de su fusil… Es posible que un día ya no existan fusiles o por lo menos ya no sean necesarios en el mundo de la paz que vendrá, pero como dijo el personaje de Mrs. Miniver, el viejo londinense que de día cultivaba rosales selectos y de noche ocupaba su puesto en una de las patrullas de la Defensa Civil: “Siempre habrá rosas…”

Buenos Aires, julio de 1962

Raúl González Tuñón

anejo a penas y duelos olvida

 

Y no es tarde ni es pronto, es Carnaval

Domeka Karnabal_El 22 de febrero de 1979 la Coordinadora de Comparsas recuperó para Bilbao la tradición del Carnaval, prohibida desde los años 30.



Antes, José Mari Odriozola, nuestro profesor de euskera en 2º de BUP en el Instituto, que entonces era una asignatura que añadías voluntariamente a las obligatorias, ya nos había puesto a trabajar a un grupo de sus alumnos para que el domingo, 28 de febrero de aquel año 1979, pudiésemos devolver el Carnaval a las calles de Durango. El quizá se acuerde bien del argumento pues el guión sería suyo, puede que de Paco Obregón, alma mater de Geroa, que ya para entonces era toda una institución y fue quien nos dirigió la obra. Lo que yo recuerdo es que Gregorio E representaba a la muerte con su guadaña sobre el carro y que yo hacía de pájaro en una representación que, después de desfilar por la parte vieja, terminaba con un vuelo liberador en el Pórtico. En la foto, delante de mí mi amiga Irene, otro pájaro. Paco Obregón nos decía en los ensayos que teníamos que ir agachadas pero como si nos estuvieran golpeando en la espalda. Que teníamos que transmitir el dolor que suponía arrastrar el carro y a la vez reflejar los latigazos que soportábamos subiendo un poco los hombros hacia arriba. El vuelo del pájaro representaba la liberación del yugo opresor. Aquel martes de Carnaval fuimos a Amorebieta a representar la obra. Creo recordar que porque allí ya se celebraba con anterioridad los Carnavales, y que lo hicimos en el frontón.

Hasta José Mari, del Carnaval solo conocía el Txitxiburduntzi en el monte el domingo antes de carnaval, los versos de una canción: eguen zuri honetan… Que en mi casa algo si se celebraba porque decían hoy es eguenzuri, hoy viernes flaco… merendar tostadas del Martitzen Karnabal: “Como postre, unas tostadas; bien de pan mojado en leche y fritas, bien elaboradas a base de harina. La ambición por el consumo por este dulce alimento era tan esperada que, incluso, se asaltaban las casas para conseguirlo. Cuestión ésta, la del robo, que en determinados pueblos y aldeas se convirtió en un momento como parte de la tradición, y la cual ha servido como uno más de los actos propios de estas fechas” (euskonews). Después, venía la celebración del miércoles de ceniza en el colegio: enséñanos a sentir y a prescindir, danos tranquilidad pedía T. S. Eliot en su poema para este día. A comienzos de los 80 se empezó a celebrar en Durango la tarde de martes de Carnaval, ahora de total capa caída.




En algún lugar leí que mi bisabuelo paterno había ganado el premio a la mejor careta de los carnavales de Durango en 1900: únete a la mascarada, ensaya un aire jovial y goza…

Y a otro le parecerá otra cosa en MUGALARI

Tan lejos, tan cerca

by Jack Peterson, años 50. Lerwick, Islas Shetland

lunes, 12 de febrero de 2018

la nieve está en mi corazón

Rodarte AW18



Rowan Blanchard by Autumn de Wilde


                                                 Pero existe un
nogal donde habita el invierno.

Julio Llamazares

domingo, 11 de febrero de 2018

Call me by your name




DIFERENCIA Y UNIDAD da título a un proyecto en el que participan Koldo Etxebarria, Jon Azofra y Julio Mendikute. Expuesto en la Sala Municipal de Barakaldo se podrá ver hasta el día 14 de febrero, día también de la amistad.
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MIS OJOS, QUE CODICIAN COSAS BELLAS_ Each x Other, el uno al otro, el uno por el otro…_ Estas navidades fui a visitar de nuevo la ciudad de Sheffield, en el condado de South Yorkshire. Para llegar hasta allí dejé a mi izquierda la campiña del distrito de los Picos, lleno de desolados páramos y cumbres borrascosas, segura de poder escuchar al espectro de Catherine llamando a Heathcliff desde el más allá de habérmelo propuesto. Una vez allí, cuando en medio del bullicio salía de mi tienda favorita vi esta camiseta de la firma francesa EachxOther con un texto impreso que me pareció poético y le saqué una foto. Más o menos dice así :

Una escultura puede ser hecha individualmente por cualquiera
Pero la ciudad es una escultura mágica de la mente grupal

La Ciudad es un diccionario de ideas

El pasado es una postal que dice

“te queremos pero intentemos algo más”

El futuro en una zona de juegos invisible

La ciudad es más salvaje de lo que crees

Y más amable de lo que crees

Es un valle y tú un caballo galopando en el

Es una casa y tú un niño dentro

A salvo y calentito aquí

En el fuego el uno del otro

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Espacio humano a semejanza mía y semejanza tuya… leí en algún sitio que la ciudad ha sido la gran hacedora de subjetividades individuales y colectivas.

_Politeia, Constitución de la ciudad_ La Antigüedad acuñó la idea de la ciudad ideal con el propósito de concretar qué características debía reunir la ciudad para el desarrollo del hombre teniendo en cuenta su bienestar físico y sus necesidades sociales. Después, Platón abogó por la eliminación de la propiedad privada y el establecimiento de un sistema de solidaridad y justicia, con un sistema educativo para todos los ciudadanos. Por supuesto, una democracia en igualdad de género. Posteriormente, su discípulo Aristóteles definió la ciudad como una asociación de seres iguales, que aspiran en común a conseguir una existencia dichosa y fácil. Hará unos cien años, para Walter Benjamín la ciudad representaría la realización de un viejo sueño humano: el laberinto, que es la Realidad que persigue al flâneur [paseante “errabundo” por la ciudad] sin saberlo. Salir a pasear cuando nada te obliga y seguir tu inspiración, como si el solo hecho de torcer a derecha o a izquierda fuera en sí mismo un acto esencialmente poético.

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_De purs miroirs qui font toutes choses plus belles: Mes yeux, mes larges yeux aux clartés éternelles!_ La serie de fotografías de Jon Azofra “Mundo y mirada sobre Londres” nos muestra su visión de una ciudad, para mí la que fue La Ciudad por antonomasia. Y es precisamente en sus calles donde lucen los street poems de Robert Montgomery, autor del texto impreso en la camiseta que arriba menciono. Sus obras ponen la poesía en frente de la gente anónima “que va y viene”, que se cruza… en formatos que atraen su mirada: poemas gráficos gigantes en muros de calles y vallas publicitarias. Es un trabajo “abierto al público que pasa” de un acólito del movimiento Situacionista, entre cuyos principales objetivos estaba el de acabar con la sociedad de clases en tanto que sistema opresivo, y el de combatir el sistema ideológico contemporáneo de la civilización occidental: la llamada dominación capitalista.

Koldo Etxebarria

De entre ese público que pasa, Koldo Etxebarria nos muestra un “flâneur” que evoca algo mucho más sofisticado que el acto concreto de pasear por la ciudad: una manera de relacionarse con la realidad urbana y moderna. En sus imágenes realizadas con tecnología 3D, convierte al “flâneur” en un explorador poético, siempre adoptando una actitud contemplativa, abierto a todas las impresiones que le salen al paso, para recuperar vivencialmente la belleza, un estado interno del ser humano que habita en lo más íntimo de este. Así, los “flaneurs” de Koldo Etxebarria son paseantes pero en sentido intelectual, construyendo gradualmente una filosofía de pensar y de vivir: “un viajero en actitud contemplativa”. Para Etxebarria es en el silencio y en la soledad de la contemplación: Quien no sabe poblar su soledad, tampoco sabe estar solo en medio de una muchedumbre atareada escribía Baudelaire, donde descubrimos que la belleza está más allá de las formas y de los objetos de arte: que está dentro de nosotros. Esto que tan bonito lo dijo este poeta: tengo puros espejos que embellecen las cosas: mis ojos, mis dos enormes pozos de eternidad.


Fue precisamente a partir de la poesía de este poeta de la Ciudad como Walter Benjamin convirtió al “flâneur” en una figura emblemática de la experiencia urbana y moderna: el paseante aparentemente ocioso que callejea por la ciudad, que observa…

“La multitud es su elemento, como el aire para los pájaros y el agua para los peces. Su pasión y su profesión le llevan a hacerse una sola carne con la multitud. Para el perfecto flâneur, para el observador apasionado, es una alegría inmensa establecer su morada en el corazón de la multitud, entre el flujo y reflujo del movimiento, en medio de lo fugitivo y lo infinito. Estar lejos del hogar y aun así sentirse en casa en cualquier parte, contemplar el mundo, estar en el centro del mundo, y sin embargo pasar inadvertido —tales son los pequeños placeres de estos espíritus independientes, apasionados, incorruptibles, que la lengua apenas alcanza a definir torpemente. El espectador es un príncipe que vaya donde vaya se regocija en su anonimato […] Así, el amante de la vida universal penetra en la multitud como un inmenso cúmulo de energía eléctrica. O podríamos verlo como un espejo tan grande como la propia multitud, un caleidoscopio dotado de conciencia, que en cada uno de sus movimientos reproduce la multiplicidad de la vida, la gracia intermitente de todos los fragmentos de la vida” [Charles Baudelaire, “El pintor de la vida moderna”]

Para el “flâneur” la ciudad representa su escenario. Pero Benjamin nos alertan de que no hay que confundirlo con el mirón: porque el “flâneur” está siempre en posesión de su individualidad, mientras la del mirón desaparece bajo la presión del espectáculo, quien se hace un ser impersonal; ya no es un hombre: es público, es decir, muchedumbre.

Pintadas con la luz, el color y el velado de las formas es como las fotografías de Julián Mendikute vienen a iluminar los pasajes, los lugares ideales para el flâneur”. Luces de Ciudad cuya aparición dieron lugar al auge del noctambulismo en aquella época de poetas malditos.

_Horror de indiferencia_ Ya en el siglo XXI, perdida la confianza social, el estigma de la ciudad: la indiferencia, nos marca profundamente. Quiero recordar un texto de las Naciones Unidas que dice que es a través de la amistad, cultivando los lazos de la camaradería y fortaleciendo la confianza, como podemos contribuir a los cambios fundamentales y necesarios para alcanzar una estabilidad duradera, tejer una red de apoyo social que nos proteja a todos y generar pasión por lograr un mundo mejor, todos unidos por el bien común.

Diferencia y unidad, así como una hoja y otra hoja son la apariencia del viento que las lleva.

Y a otro le parecerá otra cosa

penas y duelos olvida


Domingo de Carnaval, 28 de febrero de 1979




Para volar más ligera
ponte dos hojas de rosa,


Rubén Darío

en sus ojos oscuros y profundos como las noches blancas, cuando nace la luz




Era el mes de  marzo de 2011. Un amigo me pidió que le ayudase con el atrezzo en una obra de teatro enmarcada en la celebración de la  Zilar Astea de aquel año. Semana argenta en el Durangoko Plateruena Kafe Antzokia. En el espectáculo “(Za)Patuek Ikuskaria: Teatro, danza, música, bertsos, poesía” participaron, además de los actores Félix Arkarazo, Aitor Pareja, Mariano Estudillo y Maite López; el grupo de teatro KARRIKA, el grupo literario Txistu y tamboliñ y los Bertsolaris Jon Jaio y Eneko Abasolo ‘Abarkas’. Los músicos Iñaki Jaio, Ander Erzilla, Fdez Jauregi y Bikandi. El grupo de Danza Kriskitin y vecinos voluntariosos de Durango haciendo de actores, técnicos de sonido, etcétera. Txotxe, quien nos dejó ayer, fue el director de escena.


_Es el verdor quien cubre el cielo y está en los ojos del niño, en sus ojos oscuros y profundos como las noches blancas, cuando nace la luz_ Recuerdo a Mariano Estudillo, muy dulce, sentado cerca de mí durante los ensayos en San Agustin Kultur Gunea.  Al final de uno de ello, y cuando ya se habían ido los actores, me puse a recoger las cosas de vestuario que había llevado cuando de pronto apareció apresuradamente un chaval que me decía [euskeraz]: Espera espera, y yo, ¿qué me pongo?. Y se lanzó directo a una chamarra que mi padre usaba en la época en la que transcurría la obra. “¡Qué chula!”, o algo así dijo, y se la probó: “Esto me queda fenomenal, esto parece de ahora, con esto no puedo ir”. Yo le respondí que sí y que no. Y le dije además que estaba guapísimo y que más que un chaval de Durango en los años 80 parecía un modelo de ahora. El comentó que tenía un jersey que le iba a servir para la obra. Ese chaval era Eneko Sagardoy.



Hubo varios ensayos en San Agustín y uno general, ya en Plateruena, un domingo por la tarde muy lluvioso. Planeaba sobre mí, notaba que me acechaba, y fue entonces cuando escuché la temida frase: Nos falta una persona para hacer de tal… Y yo contesté que bueno, que vale. Y allí que fui del brazo de Fernan Ruiz, en busca de Fortuna a un supuesto Bar Alpino.
Llegaron los días de las representaciones, que fueron tres. Creo que la primera, la tarde del miércoles, las otras dos el jueves, día 14 de abril. Al salir de la primera  función era una hermosa noche de ensueños y de estrellas. Pasaba de madrugada la Korrika por Durango, había emoción en el ambiente…


_Horra hor Durango_ (ZA)PATUEK: 1984. Un sábado cualquiera. En un bar cualquiera de Durango… y al final se cantaba una habanera. Fue algo precioso, una experiencia única. Eskerrik asko, Edorta.



Como anécdota, recuerdo que los actores se vestían y desvestían con total naturalidad en un único camerino y yo, que no soy actriz pero sí muy pudorosa también con total naturalidad al viento dije: bueno, yo para cambiarme prefiero meterme ahí si nadie tiene que pasar antes y no os importa, y me metí en el baño. Aunque no creo que nadie reparase en ello.

Ya entre bambalinas, recuerdo que me impresionó la “potencia” de Eneko interpretando algo que bien no recuerdo si fue bertso, canción… poesía. De esto han pasado ya 7 años pero antes, en  2013, CineVasco.com cumplía  su primer aniversario el 18 de enero. Para celebrarlo llevaron a cabo la Primera Gala de las ‘Euskal Bobinak’, en la que premiaban a las películas y a los profesionales más destacados del año. Hasta ese día, se podía votar a través de su página, entre 5 candidatos a mejor actor, a Eneko. Puse un post en mi blog, entonces lo tenía muy cuidado, pidiendo el voto para él. En los comentarios al post, el me puso unas bonitas palabras de agradecimiento: Eskerrik asko, bihotzez! sorpresa muy bonita, no hace falta ganar para nada, queda todo dicho. Un detalle especial. Eskerrik asko! Días después el MEJOR ACTOR era Eneko Sagardoy.


Del techo de la libélula un niño loco se ha colgado. Mira la hierba fijamente, confiado levanta los ojos: la ligera niebla se lame como un gato que se despoja de sus sueños. El niño sabe que el mundo recién nace:Todo es trasparente, es la luna quien está en el centro de la tierra. Dulce poeta Paul Eluard.


_¡Qué pasada! Ai, ama!_ Ahora, a sus 24 años recién cumplidos, ha conseguido el Goya al mejor actor revelación 2018 por dar vida al gigante de Altzo en la película  HANDIA. Lo abrazaba casi en el mismo momento en que su mentor en la ikastola Kurutziaga, Jose Martín Urrutia Txotxe, partía. Tenía 56 años. La vida es un día.

Lo que te deseé entonces, te lo deseo de nuevo ahora: mucha suerte y mejor compañía. A ti, que eres majo además, y a todas esa identidades incomprendidas a esos cuerpos raros ¡que vivan!
¡Viva Tú!

serafines de resplandor y tinta


 

Las obras son ecos que conservan en el tiempo, para el oído hermano, la voz sorda de la luz_ La muestra Oihartzunak-Resonancias reúne en el Palacio Etxezarreta de Durango 18 piezas de obra gráfica de Eduardo Chillida pertenecientes a la colección del Museo de Arte e Historia con otras 9  prestadas por la Fundación Chillida-Belzunce y el Museo Chillida Leku para esta exposición, comisariada con la sutileza de David Pavo e Iker Pérez. La podrán disfrutar hasta el 11 de marzo.

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_MIS OJOS, QUE CODICIAN COSAS BELLAS_ Yo tengo tendencia hacia la mar. Uno de los millones de misterios que tiene la mar y donde quizá es más sorprendente su poder, es donde deja de ser la mar. Todas las cosas se hacen importantes en los bordes, en los límites, fuera, cuando las cosas dejan de ser. En los fuertes y fronteras, que dice San Juan de la Cruz. Así se manifestaba en “Elogio del horizonte. Conversaciones con Eduardo Chillida”. Denominado por algunos como el forjador de vacíos, su obra gráfica también muestra esa tremenda preocupación por las formas resultando, para este desocupador del espacio, tan importante la ausencia como la presencia. “Espacio”. Espacio es esencialmente aquello a lo que se ha hecho espacio, lo que se ha dejado entrar en sus fronteras, escribe Heidegger en “El arte y el espacio”, publicación con obras de Chillida.

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Extraigo de “La montaña vacía: del despertar al sueño” el siguiente texto: Creo que mirar es una cosa y ver es otra. Mirar es intentar ver. Normalmente ver es muy difícil. Sé que en el interior de las cosas que estoy mirando hay una gran cantidad de cosas que soy incapaz de ver pero que existen”. La montaña vacía es, desde mucho antes de que se despertase ese sueño en Chillida, el primer verso de uno de los poemas más conocidos del poeta y pintor del siglo VIII Wang Wei: Montaña vacía. No se ve a nadie. Se escucha tan solo el eco de las voces humanas… Aunque hablan de “vacios” diferentes, la idea de la Montaña vacía nació para Chillida también de un verso: lo profundo es el aire. Y aquí, en este espacio de arte, el sueño late en blanco y negro laberintos, quedando el hueco de la danza sobre las últimas cenizas de la tarde.

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Frente al ancho crepúsculo de invierno, a través de las ventanas, miro lo profundo del aire y la montaña, miro esa maravilla de piedra fría y solitaria y veo el musgo, escucho el parlamento de los pájaros, quisiera oír un latido, y a los insectos de la noche conversando con la estrella lejana. Al mismo Buda poeta veo arrodillado en su cabaña realizando sus experimentos poéticos a través de Eduardo: quinientos serafines de resplandor y tinta. El vacío no es la nada. Tampoco es carencia alguna, escribía el filósofo Martin Heidegger (perdóname Anita Frank por mentarlo en este día en el que se conmemora el Día Internacional en memoria de las víctimas del  Holocausto).

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Luchando bajo el peso de la sombra, un manantial cantaba. Yo me acerqué para escuchar su canto, pero mi corazón no entiende nada. ¿Quién pudiera entender los manantiales, el secreto del agua, ese cantar oculto a todas las miradas. Para hacerlas luz, suplicaba Lorca hace 100 años, ¡dame oídos que entiendan a las aguas! 

_El arte y el (polisémico) espacio_ Las obras de reforma lo han mantenido cerrado desde el verano, inaugurando en su reapertura la exposición Oihartzunak-Resonancias, muestra que ocupa dos espacios, alejados por este mismo, dentro del Museo. En la plata baja, las 9 obras prestadas a la exposición y en el segundo piso, las 18 pertenecientes a Durango. Después de visitar las cuatro plantas y mirar cuanto de espacio había, bajando la escalera me realizaba aquella famosa pregunta: qué salvaría “yo” del Museo en caso de incendio. Volvía de contemplar en las alturas un paisaje, oleo sobre lienzo del pintor nacido en Garai, Ramón de Zubiaurre: Durango (1902).  Y recordé aquella entrevista de Soler Serrano a Dalí, en el memorable espacio de televisión “A fondo” en la que el simpar artista contaba la siguiente anécdota: Una vez que fuimos con Jean Cocteau, que tenía mucho del esprit francés, del más rA-finado (y lo dice con A y con toda su afección), al Museo del Prado y al salir, en el Ritz había una rueda de prensa y preguntaron a Cocteau que si se hubiera quemado el Museo del Prado qué hubiera salvado, que se hubiera llevado. Yo ya vi lo que iba de decir, prosigue, porque era un plagio de una cosa de un griego y dijo, mirándome  a mi como diciendo esto Dali no puede hacerlo mejor, pues yo hubiera salvado “el fuego”, y se quedo mirándome. Entonces los periodistas ¿y usted señor Dali?. Entonces yo como soy un poco teatral, hice que reflexionaba un poco pero ya lo tenia pensado dije: pues Dali se llevaría nada menos que “el aire”. Y es-pe-ci-fi-ca-men-te el aire contenido en las Meninas de “Velasques” (dicho así), que es el aire de mejor calidad que existe. Y naturalmente, continua, como que el fuego no es un elemento pictorial y el aire es el protagonista de la pintura, Cocteau cogió dos pajas de cóctel y se las puso en forma de bigote, inclinando la cabeza (como haciendo a Dalí una reverencia). ¡Ay, Salvador Dalí! sería un insoportable pero siempre me hace reír tanto…

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Del sueño al despertar fluía, en lo profundo del aire de ese Durango de Zubiaurre, mientras me susurraba la voz sorda de la luz de un pequeño serafín de Eduardo, uno completamente blanco.

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Al salir ya era tarde, el paisaje y la tierra se perdieron, sólo el cielo quedaba, y escuché el débil ruido de los astros y el respirar de la montaña.

“La poesía, mi amor”

Y a otro le parecerá otra cosa en MUGALARI