Navega el navegante, aunque sepa que jamás tocará las estrellas que lo guían

¡Salud a la cofradía trotacalle y trotamundo!


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martes, 13 de febrero de 2018

anejo a penas y duelos olvida

 

Y no es tarde ni es pronto, es Carnaval

Domeka Karnabal_El 22 de febrero de 1979 la Coordinadora de Comparsas recuperó para Bilbao la tradición del Carnaval, prohibida desde los años 30.



Antes, José Mari Odriozola, nuestro profesor de euskera en 2º de BUP en el Instituto, que entonces era una asignatura que añadías voluntariamente a las obligatorias, ya nos había puesto a trabajar a un grupo de sus alumnos para que el domingo, 28 de febrero de aquel año 1979, pudiésemos devolver el Carnaval a las calles de Durango. El quizá se acuerde bien del argumento pues el guión sería suyo, puede que de Paco Obregón, alma mater de Geroa, que ya para entonces era toda una institución y fue quien nos dirigió la obra. Lo que yo recuerdo es que Gregorio E representaba a la muerte con su guadaña sobre el carro y que yo hacía de pájaro en una representación que, después de desfilar por la parte vieja, terminaba con un vuelo liberador en el Pórtico. En la foto, delante de mí mi amiga Irene, otro pájaro. Paco Obregón nos decía en los ensayos que teníamos que ir agachadas pero como si nos estuvieran golpeando en la espalda. Que teníamos que transmitir el dolor que suponía arrastrar el carro y a la vez reflejar los latigazos que soportábamos subiendo un poco los hombros hacia arriba. El vuelo del pájaro representaba la liberación del yugo opresor. Aquel martes de Carnaval fuimos a Amorebieta a representar la obra. Creo recordar que porque allí ya se celebraba con anterioridad los Carnavales, y que lo hicimos en el frontón.

Hasta José Mari, del Carnaval solo conocía el Txitxiburduntzi en el monte el domingo antes de carnaval, los versos de una canción: eguen zuri honetan… Que en mi casa algo si se celebraba porque decían hoy es eguenzuri, hoy viernes flaco… merendar tostadas del Martitzen Karnabal: “Como postre, unas tostadas; bien de pan mojado en leche y fritas, bien elaboradas a base de harina. La ambición por el consumo por este dulce alimento era tan esperada que, incluso, se asaltaban las casas para conseguirlo. Cuestión ésta, la del robo, que en determinados pueblos y aldeas se convirtió en un momento como parte de la tradición, y la cual ha servido como uno más de los actos propios de estas fechas” (euskonews). Después, venía la celebración del miércoles de ceniza en el colegio: enséñanos a sentir y a prescindir, danos tranquilidad pedía T. S. Eliot en su poema para este día. A comienzos de los 80 se empezó a celebrar en Durango la tarde de martes de Carnaval, ahora de total capa caída.




En algún lugar leí que mi bisabuelo paterno había ganado el premio a la mejor careta de los carnavales de Durango en 1900: únete a la mascarada, ensaya un aire jovial y goza…

Y a otro le parecerá otra cosa en MUGALARI

Tan lejos, tan cerca

by Jack Peterson, años 50. Lerwick, Islas Shetland

miércoles, 31 de mayo de 2017

anejo a quien quiera ser feliz, lo sea: no hay certeza en el mañana


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Queste ninfe ed altre genti
sono allegre tuttavia.


Estas ninfas y mucha gente
a pesar de todo están felices.

L de Medici

jueves, 25 de mayo de 2017

anejo a la ardilla que matas de broma, muere de verdad



rememorando Martxoak 31, a la misma hora del bombardeo


Hoy que he podido subir fotos de la cámara que tomé aquel día, por mi nuevo ordenador, y me he dado cuenta de esos pájaros (que parecen bombarderos ¿no?)

La Giganta de Leonora Carrington murió un 25 de mayo


"Un personaje delirante, maravilloso", "un poema que camina, que sonríe, que de repente abre una sombrilla que se convierte en un pájaro que se convierte después en pescado y desaparece".

Octavio Paz sobre Leonora Carrington, cultora del surrealismo que Quería ser pájaro. Una loca que se volvió, diríamos por la ocupación nazi de Francia que se llevó detenido a su novio, Max Ernst. Frecuentaban por entonces a Tristan Tzara, a Man Ray, al maravilloso Paul Éluard, que acudió al rescate de la leyenda del surrealismo cuando este fue detenido.

En abril de 1944, Paris todavía respiraba

(se lo dedicaremos a Leonora)

Descendíamos hacia el río fiel: ni su ola ni nuestros ojos habían
abandonado a París.
No pequeña ciudad, sino ciudad infantil y maternal.
Ciudad que todo lo atraviesa, como un sendero de verano,
lleno de flores y de pájaros, como un beso profundo, lleno también
de niños sonrientes, y de madres frágiles.
No una ciudad en ruinas, sino una ciudad compleja, marcada por
su desnudez.

Ciudad entre nuestras muñecas como una atadura rota, entre nuestros
ojos como un ojo ya visto, ciudad repetida indefinidamente como un
poema.
Ciudad siempre semejante a sí misma.
Vieja ciudad... Entre la ciudad y el hombre no había ni siquiera el espesor
de un muro.
Ciudad de la transparencia, ciudad inocente.

Entre el hombre abandonado y la ciudad desierta, había más que
el espesor de un espejo.
Sólo había una ciudad que presentaba los colores del hombre, tierra
y carne, sangre y savia.

El día que juguetea en el agua, la noche que muere sobre la tierra.
El ritmo del aire puro es más fuerte que la guerra.
Ciudad con la mano tendida, y, entonces, todo mundo ríe y todo mundo
goza. Ciudad ejemplar.

Nadie pudo saltar los puentes que nos conducían al sueño y del sueño
a nuestros sueños y de nuestros sueños a la eternidad.
Ciudad perdurable, donde viví un día nuestra victoria sobre la muerte.

Paul Eluard

miércoles, 28 de diciembre de 2016