Navega el navegante, aunque sepa que jamás tocará las estrellas que lo guían

¡Salud a la cofradía trotacalle y trotamundo!


martes, 24 de abril de 2012

al que un día te quiso contar un cuento

effeuiller la marguerite

Silvia se tapa del sol con la margarita y suspira anhelante
 Il m'aime un peu, beaucoup, passionnément, à la folie, pas du tout
Colección El Maleficio de la Mariposa  
Otoño/Invierno 2012 by PUNTO
Los diseñadores Silvia Vázquez y Efraín Torner suelen basar sus colecciones en clásicos de la literatura y para el invierno 2012 lo han hecho en los bosques de la obra de Federico García Lorca “El Maleficio de la Mariposa” PUNTO

"La escena representa un prado verde y humilde bajo la sombra densa de un gran ciprés. Una veredita casi invisible borda sobre la hierba un ingenuo arabesco. Más allá del pradito, una pequeña charca rodeada de espléndidas azucenas y unas piedras azules... Es la hora casta del amanecer. Y todo el prado está cubierto de rocío. A la vera del camino se ven las madrigueras de los insectos como un minúsculo y fantástico pueblo de cuevas. De su casa sale Doña Curiana con un manojito de hierbas a guisa de escoba. Es una cucaracha viejísima, a la que falta una de sus patas, que perdió a consecuencia de un escobazo que le dieron en una casa donde se alojaba siendo todavía joven y reluciente. Los martillos formidables de la aurora ponen al rojo la plancha fría del horizonte"



Pulsera de MICHELLE LOWE-HOLDER
Composición: Metal, Fibras textiles
Medidas: Altura: 4,0 cm
Detalles: Fabricada íntegramente a mano empleando técnicas tradicionales, esta pulsera está realizada con una cadena de metal de efecto envejecido y un colorido tejido vintage estampado reciclado
Visto en: YOOX 
Precio: 71 euros


El maleficio de la mariposa
[la primera obra teatral de FGL, escrita y estrenada en 1920, y que supuso un total fracaso para su autor. descargando pdf, pinchando aquí]



PROLOGO
Señores: La comedia que vais a escuchar es humilde e inquietante, comedia rota del que quiere arañar a la luna y se araña su corazón. El amor, lo mismo que pasa con sus burlas y sus fracasos por la vida del hombre, pasa en esta ocasión por una escondida pradera poblada de insectos donde hacía mucho tiempo era la vida apacible y serena. Los insectos estaban contentos, solo se preocupaban de beber tranquilos las gotas de rocío y de educar a sus hijuelos en el santo temor de sus dioses. Se amaban por costumbre y sin preocupaciones. El amor pasaba de padres a hijos como una joya vieja y exquisita que recibiera el primer insecto de las manos de Dios. Con la misma tranquilidad y la certeza que el polen de las flores se entrega al viento, ellos se gozaban del amor bajo la hierba húmeda. Pero un día... hubo un insecto que quiso ir más allá del amor. Se prendó de una visión que estaba muy lejos de su vida... Quizá, leyó con mucha dificultad algún libro de versos que dejó abandonado sobre el musgo un poeta de los pocos que van al campo, y se envenenó con aquello de "yo te amo, mujer imposible". Por eso, yo suplico a todos que no dejéis nunca libros de versos en las praderas, porque podéis causar mucha desolación entre los insectos. La poesía que pregunta por qué se corren las estrellas es muy dañina para las almas sin abrir... Inútil es deciros que el enamorado bichito se murió. ¡Y es que la Muerte se disfraza de Amor! ¡Cuántas veces el enorme esqueleto portador de la guadaña, que vemos pintado en los devocionarios, toma la forma de una mujer para engañarnos y abrirnos las puertas de su sombra! Parece que el niño Cupido duerme muchas veces en las cuevas vacías de su calavera. ¡En cuántas antiguas historietas, una flor, un beso o una mirada hacen el terrible oficio de puñal! Un viejo silfo del bosque escapado de un libro del gran Shakespeare, que anda por los prados sosteniendo con unas muletas sus alas marchitas, contó al poeta esta historia oculta en un anochecer de otoño, cuando se fueron los rebaños, y ahora el poeta os la repite envuelta en su propia melancolía. Pero antes de empezar quiero haceros el mismo ruego que a él le hizo el viejo silfo aquel anochecer de otoño, cuando se fueron los rebaños. ¿Por qué os causan repugnancia algunos insectos limpios y brillantes que se mueven graciosamente entre las hierbas? ¿Y por qué a vosotros los hombres, llenos de pecados y de vicios incurables, os inspiran asco los buenos gusanos que se pasean tranquilamente por la pradera tomando el sol en la mañana tibia? ¿Qué motivo tenéis para despreciar lo ínfimo de la Naturaleza? Mientras que no améis profundamente a la piedra y al gusano no entraréis en el reino de Dios. También el viejo silfo le dijo al poeta: "Muy pronto llegará el reino de los animales y de las plantas; el hombre se olvida de su Creador, y el animal y la planta están muy cerca de su luz; di, poeta, a los hombres que el amor nace con la misma intensidad en todos los planos de la vida; que el mismo ritmo que tiene la hoja mecida por el aire tiene la estrella lejana, y que las mismas palabras que dice la fuente en la umbría las repite con el mismo tono el mar; dile al hombre que sea humilde. ¡Todo es igual en la Naturaleza!" Y nada más habló el viejo silfo. Ahora, escuchad la comedia. Tal vez os riáis al oír hablar a estos insectos como hombrecitos, como adolescentes. Y si alguna honda lección sacáis de ella, id al bosque para darle las gracias al viejo silfo de las muletas, un anochecer tranquilo, cuando se hayan marchado los rebaños.

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