¡Qué pena tan lastimosa!
Porque siempre me ha producido tanta alegría el ver a Zerolo, su aspostura, su precioso pelo... he preguntado a las orquídeas -dominaba el perfecto sopor del mediodía- si tus cabellos eran sierpes o sílabas de fuego adormecido
Y tus ojos, tus pétalos de luz,
aquellos ojos que resumían el estío,
El mundo es una catedral helada.
Luis Alberto de Cuenca
1 comentario:
es una pena , cuando se muere alguien que, aunque no se trate a diario ni en un mes ni nunca ,es muy conocido Ya se sabe que la gente se muere, es decir nos morimos, pero a mi no me gusta
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