Navega el navegante, aunque sepa que jamás tocará las estrellas que lo guían

¡Salud a la cofradía trotacalle y trotamundo!


miércoles, 18 de marzo de 2015

estábamos en el octavo día de mi avería en el desierto






- El desierto es bello... – agregó.

Y era verdad. A mí siempre me gustó el desierto. Uno se sienta sobre una duna de arena. No se ve nada. No se escucha nada. Y sin embargo hay algo que irradia en silencio...

- Lo que hace al desierto tan bello – dijo el principito – es que esconde un pozo en algún lado...

Me sorprendió comprender de golpe esa misteriosa irradiación de la arena. Cuando era niño vivía en una casa antigua, que según la leyenda tenía un tesoro oculto. Desde luego, nunca nadie pudo descubrirlo ni posiblemente lo haya siquiera buscado, pero hechizaba toda aquella casa. Mi casa escondía un secreto en el fondo de su corazón...

- Sí – le dije al principito –, se trate de la casa, de las estrellas o del desierto, lo que produce su belleza es invisible !

Saint Exupéry

1 comentario:

Anónimo dijo...

el principito es un libro bellísimo. Su autor ha escrito otros libros, entre ellos vuelo de noche, pero ya no tiene el encanto del principito, será que nunca segundas partes fueron buenas