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sábado, 31 de marzo de 2018

8 de Marzo de 2018: caminata por el mundo, ciudad de las damas







_LA MITAD DE LOS HOMBRES SOMOS MUJERES_ Bajo el lema Si nosotras paramos se para el mundo” se propone esta jornada de lucha que pretendemos sea histórica. La idea es que se produzca un paro económico formal e informal, es decir, que hagan huelga todas las mujeres, no solo las que trabajan con un contrato, y se anima a las mujeres a dejar de cuidar, de consumir, de estudiar, de trabajar y de realizar tareas domésticas durante esa jornada, con el objetivo de evidenciar la brecha salarial de género, distintas cotas y cuotas de poder, reconocer el trabajo doméstico no remunerado y protestar por el incremento de la violencia y el feminicidio en todos los países del MUNDO. Se trata del Segundo Paro Internacional de Mujeres, este año articulado a nivel global por las recién nacidas Internacional Feminista y Paro Internacional de Mujeres. El Primer Paro Internacional de Mujeres (PIM) realizado el 8 de marzo de 2017 fue llevado adelante por organizaciones de mujeres de más 50 países para visibilizar la violencia machista en todas sus formas y expresiones: sexual, social, cultural, política y económica, al grito de “vivas nos queremos”.

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Mi ahijada Carmen b m, el 25 de noviembre de 2017 al grito de ‘Vivas nos queremos’. PHOTO. DAVINIA PÉREZ

_Somos todas_ Si bien este Segundo Paro Internacional de Mujeres cuenta con el respaldo sindical, la modalidad de este respaldo es un tema de debate controvertido. La llamada al paro, según las organizadoras, se hace con la intención de visibilizar la importancia de la mujer en todos los ámbitos y, mientras que algunos sectores del sindicalismo alegan que una huelga no puede legalmente distinguir entre sexos, el movimiento feminista sostiene que solamente las mujeres deberían parar. Desde la perspectiva de las organizadoras, los hombres deberían acompañar, asumiendo las tareas laborales y de cuidados que quedarán sin atención, y participar con otro tipo de acciones que contribuyan a visibilizar el protagonismo de las mujeres.

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_Pero yo, la verdadera Sibila, te anuncio que la Ciudad que fundarás con nuestra ayuda nunca volverá a la nada sino que siempre permanecerá floreciente; pese a la envidia de sus enemigos, resistirá muchos asaltos, sin ser jamás tomada o vencida_ Tengo la impresión de que este año se está revisando la figura de Christine de Pizan, considerada como la primera escritora profesional de la historia y cuya obra más célebre es “La ciudad de las damas” aparecida en el año 1405. Haciendo hincapié en que la innovación en sus escritos radica en la incorporación de figuras femeninas a la historia.

Cuenta C. de Pizán en un capítulo que lleva el siguiente encabezamiento: Cómo la dama que se había dirigido a Cristina le explicó que, ayudada por las tres damas, ella levantaría una ciudad, que se encontraba muy apesadumbrada un día después de ciertas lecturas, preguntándose cuáles podrían ser las razones que llevaban a tantos hombres, clérigos y laicos, a vituperar a las mujeres, criticándolas bien de palabra bien en los escritos y tratados que ella leía: no es que sea cosa de un hombre o dos, sino que no hay texto que esté exento de misoginia. Al contrario, filósofos, poetas, moralistas, todos –y la lista sería demasiado larga– parecen hablar con la misma voz para llegar a la conclusión de que la mujer, mala por esencia y naturaleza, siempre se inclina hacia el vicio. Y ante tanta desaprobación, se puso a examinar su carácter y conducta, dado que ella era mujer. Así como los de otras muchas mujeres que había tenido ocasión de frecuentar,  buscando decidir, en conciencia, si el testimonio reunido por tantos varones ilustres podría estar equivocado: pero, por más que intentaba volver sobre ello, no podía entender ni admitir como bien fundado el juicio de los hombres sobre la naturaleza y conducta de las mujeres. Desconcertada, dice que se empeñaba en acusar a las mujeres pensando improbable que tantos hombres preclaros, tantos doctores de tan hondo entendimiento y universal clarividencia hayan podido discurrir de modo tan tajante y en tantas obras . Y este solo argumento le bastaba a C. para llevarle a la conclusión de que todo aquello tenía que ser verdad, si bien su mente, en su ingenuidad e ignorancia, no podía llegar a reconocer esos grandes defectos que ella misma compartía sin lugar a dudas con las demás mujeres: Así, había llegado a fiarme más del juicio ajeno que de lo que sentía y sabía en mi ser de mujer.

Así de atribulada se encontraba cuando de pronto se le aparecieron tres damas: la Razón, la Derechura: vivo entre los justos, a quienes exhorto a hacer el bien, a devolver a cada uno lo que le pertenece, a decir la verdad y a luchar por ella, y la Justicia. No temas, querida hija, le espetaron: no hemos venido aquí para hacerte daño sino para consolarte. Y queremos sacarte de esa ignorancia que te ciega hasta tal punto que rechazas lo que sabes con toda certeza para adoptar una opinión en la que no crees, ni te reconoces, porque sólo está fundada sobre los prejuicios de los demás.  Nos hemos apiadado de ti y venimos para anunciarte la construcción de una Ciudad. Sólo la habitarán damas ilustres y mujeres dignas…. Así es como estas tres damas, alegorías de la Razón, la Justicia y la Rectitud le invitan a construir una ciudad para mujeres famosas del pasado y para mujeres virtuosas de todos los tiempos, en un mundo hecho para los hombres.

Con esta “idea” C. buscaría crear un lugar donde las diferencias de género, plasmadas en diferencias de poder  absurdas para ella, dejaran de existir. Donde las mujeres podrían realizarse plena y abiertamente, sin ver limitada su actividad por censuras tontas, siendo sujetos activos por derecho. Todo ello mostrándose como una voz femenina autorizada para hablar en contra de las injusticias de las que eran víctimas las mujeres de su época: de ahora en adelante, queridas amigas, tendréis motivos de alegría al contemplar la perfección de esta Ciudad Nueva, que si la cuidáis, será para todas vosotras, mujeres de calidad, no sólo refugio sino un baluarte para defenderos de los ataques de vuestros enemigos.

Considerada por algunas autoras como precursora del feminismo occidental, ya que se atrevió a cuestionar incluso a grandes filósofos, con el objeto de entender el machismo de la época,  se le sitúa en el inicio de del conocido debate literario  “querella de las mujeres” que, como ya dijimos con ocasión de un 8 de marzo anterior, da nombre al complejo debate filosófico, político y literario  que tuvo lugar en Europa sobre la interpretación, valoración y regulación de la diferencia sexual, desde parte de la Edad Media hasta la Revolución Francesa
He leído que en el siglo XVIII las mujeres trabajadoras ocuparon las calles de Francia y que estaban tras la mayoría de los puestos de los mercados de París. Desde que existen las ciudades las mujeres han vivido en ellas, y aunque no sean muchos los relatos de paseos que nos hayan legado la experiencia del pasear de las mujeres por estas, fue precisamente en el centro de las ciudades donde las mujeres salieron fortalecidas, transgrediendo la norma al caminar por donde se suponía que no debían, desafiando con su presencia en un espacio masculino. Creando un desconcierto que se fue apaciguando a mediados del siglo XIX con la aparición de los grandes almacenes,  pues contribuyeron a normalizar su presencia en el espacio público y para finales del siglo las mujeres de todas las clases sociales hacían uso de él en las grandes ciudades del mundo. Entiéndase Londres, Paris, Nueva York.

A principios del siglo XX, de resultas de haber nacido en el seno de una familia de la aristocracia intelectual, contar con una habitación propia y 500 libras al año, mi idolatrada Virginia Woolf se pudo dedicar, como C de Pizan pudo hacerlo gracias al mecenazgo real, a escribir. Y a pasear, y ya en 1904 le habían publicado un ensayo en la sección para mujeres del periódico “The Guardian” en el que relataba un viaje a la rectoría donde vivieron las hermanas Bronte. Bastante después, en 1927 V. Woolf con la excusa de salir a comprarse un lápiz, nos cuenta una caminata por las calles de Londres, lo que ella definió como Street Haunting: así cuando nos acomete el deseo de callejear el lápiz sirve como pretexto, como si mediante esta excusa pudiéramos dar rienda suelta al mayor placer de la vida urbana en invierno: dar una caminata por las calles de Londres. Y nos aconseja que debe ser al atardecer, al brillo del champán del aire en invierno, porque esa hora nos confiere además la irresponsabilidad que ofrece la oscuridad y la farola.

Jane Jacobs, urbanista autodidacta, fue una de las personas más influyentes en la forma como vemos las ciudades y nos habló de sus calles: calles frecuentadas, calles seguras, decía. La he recordado porque hoy he leído  que el 42% de las mujeres que viven en el Bilbao metropolitano cambian a veces sus recorridos para sentirse más seguras. Este informe recién publicado, muestra que un tercio de las mujeres se han sentido alguna vez inseguras en la zona donde desarrollan su vida cotidiana, y va a ser remitido a los municipios del área, para que sirva de apoyo a la mejora de ámbitos urbanos desde la perspectiva de género:  “al volver a casa queremos ser libres, no valientes”

_Eliminando absurdos, desbrozando el camino para avanzar hacia el objetivo_ El 8M queremos ser millones de activistas y mujeres anónimas abarrotando las calles de las grades ciudades, de cada pequeña ciudad, de cada rincón del mundo para demostrar que sin nosotras se para, se para  el mundo. Y se nos propone que lo contemos. Por eso hay una llamada a una gran cobertura colaborativa para sumar miradas, multiplicar voces y mostrar como juntas pararemos el mundo.

Se trata de una huelga de: empleo, estudiantes, cuidado y consumo. Con respecto a este último punto surge cierta confusión porque como parte de las acciones planeadas, las mujeres están invitando a otras a realizar compras de primera necesidad en comercios locales emprendidos por mujeres y boicotear a las empresas que cosifican el cuerpo femenino al recurrir al sexismo y misoginia para hacer rentables sus productos.
Se trata de una huelga cuyos objetivos son: acabar con la violencia machista en casa y en las calles, erradicar el 24% de brecha salarial [de puestos de dirección y sueldo]  y  poner en valor que la mayoría de las cargas y cuidados familiares recae sobre las mujeres.
También he leído una reivindicación que me ha parecido de lo más interesante: Exigir la despatologización de nuestras vidas: la medicalización responde a intereses de empresas, no a nuestra salud. Luchando por una sanidad pública y de calidad que no trate como enfermedades la vida de las mujeres.

_¿Quién construyó Tebas, la de las siete puertas? En los libros se mencionan los nombres de los reyes ¿Acaso los reyes acarrearon las piedras?  El joven Alejandro conquistó la India ¿El solo?_ La huelga que yo haré será de 4 horas, de 11 a 3. Marcharemos en una columna, de negro y con un bocadillo, para participar en una sentada conjunta y haré huelga por esto: porque se lo debemos a las anónimas que lucharon por lo que tenemos, por todas las que no pueden, por mí y por todas mis compañeras y por las que como Carmen, vienen empujando: del mismo tronco del que nacimos nosotras, nacerán otras ramas jóvenes que continuaran la lucha. Que se constituirán en dueñas conscientes de su fututo por la fuerza y evidencia de los hechos convertirán en fecunda y racional realidad lo que es nosotras es sueño y deseo.  

Y a otra le parecerá otra cosa en MUGALARI

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