Navega el navegante, aunque sepa que jamás tocará las estrellas que lo guían

¡Salud a la cofradía trotacalle y trotamundo!


domingo, 22 de junio de 2014

ciertas noches de junio



Me habían invitado a la inauguración de Beikozini en Ondarroa. Desde 2002 hasta junio de 2013 el Kafe Antzokia. Pero mucho antes fue, o había sido,  el Cine Alameda, conocido por el nombre de Beikozini [el cine de abajo]. Pues el de arriba, el Bide Onerari, era el Goikozini [el cine de arriba].

2002. Han pasado 12 años. Recuerdo que un día de aquel invierno fui entonces a ver la sala antes de su apertura. Lo recuerdo como si fuera hoy. El tiempo que hacía, el abrigo que llevaba, mi amiga con un niño ...

Me dijeron ¡Ven guapa! ¡Y llegué deslumbrando con mi vestido blanco y con mis preciosas bailarinas y mi diadema de Chanel! Tabién hacía mucho calor.


Muy simpáticas unas señoras, muy elegantes ellas por cierto, que se acercaron para decirme así "¡Cómo has venido tu tan guapa?¡tu serás alguna artista?¿Has venido a actuar?". (¡Qué gracia!).

El jueves hubo un remake de los tiempos del Alameda: un hombre con gafas de Barragán picando las entradas, el acomodador con su linterna, la limpiadora del cine... se proyectó unos fragmentos de una película de los Hermanos Marx, un salto de cinta... Pitidos, abucheos... y aplausos. Comenzó la fiesta con  DJ y barra libre. Mientras el DJ se afanaba, vi que se proyectaba en la pared esas escenas tan maravillosas de El Gran Dictador en la que Charles Chaplin baila con el mundo





Vi eso. No podía beber. Tenía que conducir. ¿Recuerdan? "Si bebes, no conduzcas" y si no bebes, pues es más difícil bailar con el mundo Y más dificil aún enamorarse, apesar de esa disposición vagamente afectiva de las noches del mes de junio

versos de Noches del mes de junio

[A Luis Cernuda]

Alguna vez recuerdo
ciertas noches de junio de aquel año,

porque en ese mes
sentía siempre una inquietud, una angustia pequeña
lo mismo que el calor que empezaba,

nada más
que la especial sonoridad del aire
y una disposición vagamente afectiva.

Jaime Gil de Biedma

2 comentarios:

Eimar dijo...

Merece la pena ir a inauguraciones si se puede ir tan elegante.

Anisia Serendipia dijo...

Si, a cualquier sitio.