Se conoce como bombardeo de Durango el ataque aéreo realizado por la Aviación Legionaria italiana el 31 de marzo de 1937. La villa contaba un año antes con una población de 8.797 habitantes, mayoritariamente tradicionalista. Murieron, al menos, 336 personas.
Esta boda es la de mis abuelos paternos en la iglesia de la Veracruz de Kurutziaga. Durango, mayo de 1934. |
Esta acción bélica fue una de las pioneras en la utilización de la aviación para el bombardeo de núcleos urbanos civiles.
_Guerra y Mundo_ Poco antes, en 1935, el poeta Marinetti proclamaba en Italia el manifiesto “Estética futurista de la guerra”. Ya era famoso por su “Manifiesto futurista”: Lanzamos en Italia este manifiesto con el cual fundamos hoy el “futurismo”, porque queremos librarla de su gangrena de profesores, arqueólogos y cicerones. Entre sus últimos puntos proclamaba lo siguiente:
IX. Queremos glorificar la guerra—única higiene del mundo—el militarismo, el patriotismo, el gesto destructor de los anarquistas, las bellas ideas que matan y el desprecio a la mujer
X. Queremos demoler los museos, las bibliotecas, combatir el moralismo, el feminismo y todas las cobardías oportunistas y utilitarias
XI. Cantaremos a las grandes muchedumbres agitadas por el trabajo, el placer o la rebeldía, las resacas multicolores y polífonas de las revoluciones en las capitales modernas… y el vuelo alto de los aeroplanos, en los que la hélice tiene chasquidos de banderolas y de salvas de aplausos, salvas calurosas de cien muchedumbres
Eso fue en 1909 y años más tarde serviría de inspiración a Benito Mussolini. Un automóvil que parece correr sobre metralla, es más hermoso que la Victoria de Samotracia, decía Marinetti. Da qué pensar tanto desvarío, si como he leído por ahí lo que él mismo contaba fuera cierto: que la idea del Futurismo surgió en él tras darse un tortazo al volante de su Isotta Fraschini, un coche de casi cien caballos de potencia.
El fenómeno genuinamente italiano del Futurismo, movimiento inicial de las corrientes de vanguardia artística, se integraría pronto en el Partido Nacional Fascista. Queremos glorificar la guerra, decían. Al contrario pasó en Rusia. El futurista Mayakovsky era enemigo acérrimo de la misma: Y mañana el alma será pisoteada / Por pies extranjeros / Y todo ello para que un tipo cualquiera / Pueda extender sus manos / Sobre alguna Mesopotamia/ … Tú, ¿Cuándo te alzarás en pie / Con toda tu estatura / Y lanzarás a su cara / Tu ira profunda / En un grito:-¿Por qué se libra esta guerra? ?
Por aquellos primeros años del siglo xx un jovencísimo Bertold Brecht escribió un poema escolar en el que criticaba la guerra, basándose en Esa vieja mentira: Dulce et decorum est Pro patria mori. Dulce y honorable debe ser morir por la patria pero no existe ningún motivo por el que merezca la pena perder la vida, sobre todo cuando se es joven. Lo consideraba propaganda dirigida para apoyar una causa en la que solo los tontos caen. Casi le costó la expulsión de la escuela. Estas rimas de Horacio y el discurso de Marinetti: ¡Démosnos a comer a lo desconocido no por desesperación, sino simplemente para enriquecer los insondables reservorios del absurdo!, me han recordado a esos chicos del barrio de Bruselas, los belgas yihadista de Molenbeek.
En febrero de 2015 el Estado Islámico difunde un vídeo en el que milicianos del Califato destrozan obras de arte de más de 3.000 años. Parece que en la puerta de Nergal, donde se encuentra el toro alado que era venerado en la antigua Mesopotamia. Luego trascendió que podrían ser réplicas. Antes ya habían arrasado el edificio de la Biblioteca Central de Mosul.
En mayo de ese mismo año, Palmira, Patrimonio de la Humanidad desde 1980, fue tomada por el Daesh y liberada unos días después de que alguno de esos jóvenes del barrio de Molenbeek se “martirizasen”, en marzo de 2016. Palmira ha sufrido incesantes bombardeos y combates pero no estaría tan rota como se temía.
Y, después de todo, ¿en qué está trabajando usted, Señora UE?
¿En qué está trabajando Usted, Sr. Keuner? El Sr. Keuner, un alter ego de Brecht en Bertold Brecht y las historia del Señor Keuner, respondió: estoy preparando mi próximo error.
Estoy preparando mi próximo error: enviar cazas F-16 para bombardear probablemente a daños colaterales que intentaban e intentarán escapar de otros bombardeos ya anteriores y que, después de una atroz odisea, se encuentren con un cerrado el paso a musulmanes. Para hacernos creer que sí están haciendo algo, que saben qué hacer, que tienen cierto control. Porque ahora nos tienen a todos sus comunitarios aterrorizados: unos homenajeando a las últimas víctimas, otros coreando proclamas nazis, con el puño en alto y pisando las flores en su memoria. Otros son policías en una plaza que se afanan en proteger a los musulmanes o en contener a los ultraderecha. Otros reuniendo ropa y café para enviar a todos esos refugiados encharcados… ¿Pero no sería (tal como sugiere el poeta) más simple que el gobierno disolviera al pueblo y que eligiera otro?
_La poesía no detendrá la guerra, sólo la propia humanidad puede hacerlo_ Recordando el discurso del Premio nobel de Literatura de 1982: Un día como el de hoy, mi maestro William Faulkner dijo en este lugar: «Me niego a admitir el fin del hombre». No me sentiría digno de ocupar este sitio que fue suyo si no tuviera la conciencia plena de que por primera vez desde los orígenes de la humanidad, el desastre colosal que él se negaba a admitir hace 32 años es ahora nada más que una simple posibilidad científica. Ante esta realidad sobrecogedora que a través de todo el tiempo humano debió de parecer una utopía, los inventores de fábulas que todo lo creemos, nos sentimos con el derecho de creer que todavía no es demasiado tarde para emprender la creación de la utopía contraria. Una nueva y arrasadora utopía de la vida, donde nadie pueda decidir por otros hasta la forma de morir, donde de veras sea cierto el amor y sea posible la felicidad, y donde las estirpes condenadas a cien años de soledad tengan por fin y para siempre una segunda oportunidad sobre la tierra.
Por eso les invito a todos ustedes a brindar por lo que un gran poeta de nuestras Américas, Luis Cardoza y Aragón, ha definido como la única prueba concreta de la existencia del hombre: la poesía”. Por su permanente victoria contra los sordos poderes de la muerte.
La poesía, en fin, esa energía secreta de la vida cotidiana, que cuece los garbanzos en la cocina, y contagia el amor y repite las imágenes en los espejos. Por ejemplo la de Jose Antonio Olea, aquel niño en Durango la mañana del 31 de marzo de 1937 cuando dijo: Marzial, van a tirar papeles.
…pero es mucho más dulce vivir por ella y más aún beber por ella. Por lo tanto, brindemos a la salud de la patria: Patria es HUMANIDAD. Lo sabía José Martí.
Y a otro le parecerá otra cosa en MUGALARI.info