Aquel poeta llamado Marcel Proust
por Richard Lindner |
Ce goût, c´etait celui du petit morceau de madeleine que le dimanche matin à Combray ...
Cumbre de la literatura francesa y universal "En busca del tiempo perdido” más que una novela, dicen que es una experiencia vital.
"Longtemps, je me suis couché de bonne heure..."
Marcel Proust en Combray dudando entre las imagenes de su linterna magica y las novelas de George Sand |
Marcel Proust y el premio Goncourt |
Marcel Proust y Kafka, el rencuentro |
Marcel Proust en el Ritz |
He oído que hoy se ha presentado el libro "Analektak", del filósofo catalán Víctor Gómez Pin, que recoge una selección de fragmentos, "piezas poéticas aunque no en el sentido convencional de la poesía...textos en los que la metáfora reina", de la novela "En busca del tiempo perdido" de Marcel Proust que se presentan en castellano, catalán, gallego y euskera con traducciones de Alexandra Segura (catalán), José Mayorales (gallego) Joxan Elosegi (euskera) y Gómez Pin realiza la traducción al castellano.
En 1920, el poeta Pedro Salinas inició, junto con el también poeta José María Quiroga Plá, yerno de Miguel de Unamuno, la traducción de la obra al castellano.
Sueño de Lot
Su transcurso indisociablemente profesional y social está marcado por su incorporación al proyecto de "Zorroaga", en San Sebastian, iniciado en 1979 por el filósofo Ramón Valls Plana, e inmediatamente asumido por Javier Echeverría. Se aspiraba allí a que la Universidad del Pais Vasco se dotara de una sección de Filosofía que respondiera a la exigencia kantiana de ser "un departamento entre otros y sin embargo toda la universidad". La dificultad y previsible fracaso del empeño no impidió que en su día aceptaran incorporarse al proyecto, o jugaran un importante papel puntual, personas de muy diferentes intereses teóricos (incluidas personalidades ajenas a la filosofía en el sentido estricto, como Eduardo Chillida o el Medalla Fields de Matemáticas René Thom). Grande era también la disparidad en posicionamientos políticos, en un momento en el que el problema vasco era absolutamente candente. Pero se pretendía en aquella facultad de Zorroaga (otra cosa es que se consiguiera) que la diversidad en filiación política nunca primara sobre la exigencia de ser cabalmente humanos, es decir, avanzar siempre con la razón por delante.
Victor Gómez Pin trabaja actualmente en una tentativa de establecer el estado de la cuestión sobre las implicaciones que para el concepto heredado de naturaleza tienen ciertas disciplinas científicas contemporáneas. Pero convencido de que el reconocimiento de la pluralidad de intereses de la razón no implica renunciar a explorar los diferentes ámbitos de la misma, se ha introducido en el universo de Marcel Proust y en la apuesta de este escritor por hacer de la palabra matriz exclusiva de redención.
Marcel Proust, 44 rue Hamelin Marcel Proust consagró los últimos meses de su vida a la puesta a punto de sus últimos volúmenes de la Recherche. Antes de morir, agotado, en 1922. |
qué regalar?
El volumen presentado hoy ha sido publicado por la editorial donostiarra Hariadna con una tirada de 1.000 ejemplares, de los que la mitad los distribuirá el propio Gobierno Vasco y la otra mitad saldrá a la venta en las librerías.
Me ha parecido una manera muy bonita de practicar la traducción en 5 idiomas.
[Como el libro no está aún en librería no van a tener tiempo de pedirselo al hombre del saco pero cuando lo vea por ahí ya les pondré una nota. Puede que llegue para los Magos, San Sebastián, San Blas, San Valentín...]
poema en prosa escrito por Proust a la edad de diecisiete años, fechado a las once de la noche del mes de octubre
“La lámpara ilumina débilmente los ángulos sombríos de mi cuarto y pone un gran disco de viva luz donde entran mi mano, de repente ambarina, mi libro, mi escritorio. En las paredes azulean delgados hilillos de luna que han entrado por la imperceptible separación de las rojas colgaduras. Todo el mundo se ha acostado en el gran piso silencioso… – Entreabro la ventana para ver de nuevo por última vez la dulce cara leonada, muy redonda, de la luna amiga. Oigo algo así como el aliento fresquísimo, frío, de todas las cosas que duermen -el árbol de donde rezuma la luz azul-, de la bella luz azul que a lo lejos, en un entresijo de calles, transfigura, como un paisaje polar eléctricamente iluminado, los adoquines azules y pálidos. Por encima se extienden los infinitos campos azules donde florecen frágiles estrellas…- He cerrado la ventana. Me he acostado. Mi lámpara, en una mesilla al lado de mi cama, en medio de vasos, de frascos, de bebidas frescas, de librillos preciosamente encuadernados, de cartas de amistad o de amor, ilumina vagamente en el fondo mi biblioteca. ¡La hora divina! A las cosas usuales, como a la naturaleza, las he hecho sagradas por no poder vencerlas. Las he revestido con mi alma y con imágenes íntimas o espléndidas. Vivo en un santuario, en medio de un espectáculo. Soy el centro de las cosas y cada una me procura sensaciones y sentimientos magníficos o melancólicos, que disfruto. Ante los ojos tengo visiones espléndidas. Se está bien en esta cama… Me duermo.”
Traducción de Mauro Armiño. "Once poemas de Marcel Proust", revista literaria Turia. el cultural
Traducción de Mauro Armiño. "Once poemas de Marcel Proust", revista literaria Turia. el cultural
1 comentario:
tengo los libros del Tiempo Perdido Son muy largos , y, la verdad los he empezado muchas veces, pero no los he terminado nunca , un día de estos del año a ver si acabo ,porque son inteesantes
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