Navega el navegante, aunque sepa que jamás tocará las estrellas que lo guían

¡Salud a la cofradía trotacalle y trotamundo!


domingo, 21 de junio de 2020

sólo cuento las horas de verano


l'heure d'été, soplo en el que se ahogan las estrellas

Después de cada guerra alguien tiene que limpiar. No se van a ordenar solas las cosas, digo yo. Estos versos de Wislawa Szymborska me han vuelto a recordar a William Willet, el “abogado del verano”, un británico que murió de gripe el 4 de marzo de 1915, después de haber dedicado gran parte de su tiempo y fortuna a intentar conseguir que la Cámara de los Comunes aprobara una ley que permitiera adelantar la hora, una hora, cambiar el horario en verano para poder disfrutar el tiempo extra de luz solar que sus compatriotas podrían disponer para el ocio, la práctica del deporte o estar con la familia.




_Horas non numero nisi æstivas_ Un monolito, parece la tumba de un poeta, le rinde tributo en un bosque: a la memoria de William Willet, el incansable defensor del horario de verano. Para cuando los alemanes instauraran por decreto el horario de verano, como una medida de guerra el 6 de abril de 1916, el británico había muerto ya. Este año de 2020, el estío en el hemisferio norte comienza hoy, 20 de junio, a las 23:44 y durará 93 días y 15 horas... Sólo cuento las horas de verano pero, será un poco más corto que el confinamiento que hemos padecido. 

Después de cada guerra
alguien tiene que limpiar. 
No se van a ordenar solas las cosas, 
digo yo. 

En la hierba que cubra causas y consecuencias
seguro que habrá alguien tumbado,
con una espiga entre los dientes, 
mirando las nubes.

Summertime, la vida es fácil. Los peces están saltando y son buenos amigos, el algodón está alto... canta Ella Fitzgerald


Y a otro le parecerá otra cosa