Navega el navegante, aunque sepa que jamás tocará las estrellas que lo guían

¡Salud a la cofradía trotacalle y trotamundo!


lunes, 5 de diciembre de 2011

el punto de entrada de los extraterrestres


para los que estén de paso en París estos días... y sean amantes del turbio desasosiego
 
Jean Baudrillard, la describe metafóricamente así en su libro America.
"Filósofo ampliamente reconocido por sus investigaciones en torno al tema de la hiperrealidad, particularmente en una sociedad como la de EEUU. De acuerdo con sus tesis, Estados Unidos ha construido para sí un mundo que es más «real» que Real, cuyos habitantes viven obsesionados con la perfección, evitar el paso del tiempo y la objetivización del ser. Aún más, la autenticidad ha sido reemplazada por la copia (dejando así un sustituto para la realidad), nada es Real, y los involucrados en esta ilusión son incapaces de notarlo".

Silencio en Mulholland Drive. Las protagonistas llegan a Silencio guiadas por un sueño. Sobre una puerta negra con intricados relieves, refulgía en color azul la palabra silencio, en una caligrafía esmerada y un poco naïf. Una vez dentro, sentadas en el patio de butacas, Rita y Betty asistían a unas actuaciones surrealistas hilvanadas bajo el mantra que repetía el maestro de ceremonias: "No hay banda".



 David Lynch ganó el premio al mejor director en Cannes por Mulholland Drive y el Club Silencio se convirtió en un lugar mítico y soñado por muchísimos fans. Una década después, en el número 142 de la Rue Montmartre, en París, se alzan unas puertas negras imponentes y, según cuentan, difícilmente franqueables. El Club Silencio se ha hecho realidad, existe. Abre de 6 de la tarde a 6 de la mañana cada día y al que hasta la medianoche solo pueden entrar socios muy selectos que han pagado una cuota excéntricamente alta para pertenecer al club.
Precio socios: entre €420 y €1500

 
 
Cuando dan las 12h, el público pueden entrar a Silencio que se desdobla en varias salas alucinantes que incluyen una biblioteca, un cine y estancias con muebles que parecen pájaros negros aleteando. Unas infinitas escaleras negras hasta el sótano, donde se desencadenan las varias salas que conforman Silencio. No podía ser de otra forma más que subterránea. Oro. Negro. Metal. Cortinas rojas à la Mullholland Drive y una sala de fumadores en la que el humo ciega tus ojos al dar la medianoche. ( fuente: Vogue)

"Lynch juega a hacernos creer que él tampoco entiende qué demonios ocurre al final, ni en medio..." (Ángel Fdez. Santos: Diario El País)
"Quizá por eso el propio Lynch confesó que desconocía el significado del desconcertante desenlace de esta obra inclasificable" (Miguel Ángel Palomo: Diario El País)




ideas de VOGUE para acudir a al Silencio de la Rue Montmartre



los brazaletes
 


De cuero con piedras azabache, de Balmain. Precio: 150 € 


Brazaletes joya Gótico: brazalete esqueleto, de Delfina Delettrez. Precio: 17.160 €

 
En noviembre davidlynch estrenó su álbum Crazy Clown Time  que él mismo describe como una mezcla entre blues contemporáneo, folk, dance y con toques indie.y si están muy interesados...

Visto endavidlynch
Precio: Según

variante de un borrador de Poema sin héroe

En la oscura neblina de París,
Quizás otra vez Modigliani
 
Camine imperceptible tras de mí.
 
Su triste naturaleza 

Incluso en el sueño me inquieta

De ser culpable de muchas desdichas. 

Pero para mí –su mujer egipcia– él es
 
La música que toca el viejo en el organill.

Todo el rumor de París se esconde bajo esa música,

Como el rumor de un mar subterráneo
Que ha bebido del dolor

 El mal y la vergüenza. 

Anna Ajmátova 


4 comentarios:

Anónimo dijo...

A mí, lejos de inquietarme, me aburre soberanamente tanta pretensión.AS

Anónimo dijo...

estoy de acuerdo con Anónimo,la gente ya no sabe que hacer para ser ;original; con lo cómodo que resulta ser vulgar

Anónimo dijo...

¿Cómodo?!!! No para el que lo sufre

Anónimo dijo...

no me parece un sufrimiento pasar desapercibido y a eso es a lo que me refería;debe ser horrible levantarse todos los días imaginando que hacer para llamar la atención