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domingo, 22 de mayo de 2011

lo soñó un irlandés, que no lo quiso nunca



Sir Arthur Ignatius Conan Doyle, 22 de mayo de 1859


Sherlock Holmes.


No salió de una madre ni supo de mayores.
Idéntico es el caso de Adán y de Quijano.
Está hecho de azar. Inmediato o cercano
lo rigen los vaivenes de variables lectores.


No es un error pensar que nace en el momento
en que lo ve aquel otro que narrará su historia
y que muere en cada eclipse de la memoria
de quienes lo soñamos. Es más hueco que el viento.


Es casto. Nada sabe del amor. No ha querido.
Ese hombre tan viril ha renunciado al arte
de amar. En Baker Street vive solo y aparte.
Le es ajeno también ese otro arte, el olvido.


Lo soñó un irlandés, que no lo quiso nunca
y que trató, nos dicen, de matarlo. Fue en vano.
El hombre solitario prosigue, lupa en mano,
su rara suerte discontinua de cosa trunca.


No tiene relaciones, pero no lo abandona
la devoción del otro, que fue su evangelista
y que de sus milagros ha dejado la lista.
Vive de un modo cómodo: en tercera persona.


No baja más [*¿no va jamás?] al baño. Tampoco visitaba
ese retiro Hamlet, que muere en Dinamarca
que no sabe casi nada de esa comarca
de la espada y del mar, del arco y de la aljaba.


(Omnia sunt plena Jovis. De análoga manera
diremos de aquel justo que da nombre a los versos
que su inconstante sombra recorre los diversos
dominios en que ha sido parcelada la esfera.)


Atiza en el hogar las encendidas ramas
o da muerte en los páramos a un perro del infierno.
Ese alto caballero no sabe que es eterno.
Resuelve naderías y repite epigramas.


Nos llega desde un Londres de gas y de neblina
un Londres que se sabe capital de un imperio
que le interesa poco, de un Londres de misterio
tranquilo, que no quiere sentir que ya declina.


No nos maravillemos. Después de la agonía,
el hado o el azar (que son la misma cosa)
depara a cada cual esa suerte curiosa
de ser ecos o formas que mueren cada día.


Que mueren hasta un día final en que el olvido,
que es la meta común, nos olvide del todo.
Antes que nos alcance juguemos con el lodo
de ser durante un tiempo, de ser y de haber sido.


Pensar de tarde en tarde en Sherlock Holmes es una
de las buenas costumbres que nos quedan. La muerte
y la siesta son otras. También es nuestra suerte
convalecer en un jardín o mirar la luna.

[*]yo diría que es "no va jamás al baño", pero no tengo el ejemplar de "Los conjurados". ¿en Argentina se dice así?


Jorge Luis Borges

9 comentarios:

Julia dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Julia dijo...

No, no se dice así. Y sí, acabo de comprobar en mi edición que el texto dice "No baja más al baño". No soy especialista en Borges ni en Sherlock Holmes, pero ¿no podría ser referencia a alguna aventura o misterio resuelto por el inglés? Habrá que buscar o preguntarle a quienes saben. Bien puede ser, como imaginás una errata, aunque no lo veo a Borges haciendo una referencia tan directa a la corporeidad.

Mi verso favorito:
"lo rigen los vaivenes de variables lectores"

(perdón, tenía una errata mi anterior comentario)

Anisia Serendipia dijo...

Muchas gracias Julia. A mí también me parece un poco rara la mención... En las casas londinenses de aquella época los baños estaban o fuera o en la parte de abajo, por la presión del agua, un nivel por debajo de la calle, pero, quizá se refiera, quien sabe, a la playa, al río...porque tampoco visitaba ese retiro Hamlet, que vivía en Dinamarca y que, como era príncipe, en un palacio o en un castillo...

Julia dijo...

Ahí presenté la pregunta a amigos fb, veremos si hay suerte.

Anisia Serendipia dijo...

Ojalá. Muchas Gracias

Anisia Serendipia dijo...

Además Conan Doyle, que fue quien lo soñó, era escocés de Edimburgo. ¿quién más lo soñó?

Anónimo dijo...

"With Borges" - new book by Alberto Manguel
Posted on Friday, April 30, 2004
"During the 1960s, Alberto Manguel, then a teenager, worked after school at a bookstore in Buenos Aires. One day, the legendary Jorge Luis Borges, who would visit the store soon after work, asked the young man if he would mind coming to his apartment to read to him in the evenings. Borges, a giant of modern literature, had gradually become blind and could no longer read his beloved books.

For several years, Manguel spent many evenings reading to the master of fiction he had studied at school. He witnessed the blind Borges's extraordinary ability to pick out from the shelf titles he knew he would enjoy simply by running his fingers along the spines of the books. He discovered Borges's fondness for Sherlock Holmes and Viking warriors, watched gangster movies starring James Cagney, and sat through West Side Story with him. As Manguel describes these visits to Borges in his dark, modest apartment, reading out loud and talking about books, we have a privileged look into the inner world of a literary legend. Illustrated by rare portraits of Borges by the Argentinian photographer Sara Facio, this book is a remarkable window into the private life of one of the greatest authors of the twentieth century." (From the book cover)

Anónimo dijo...

http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=214506

Aquí en "Borges y el humor" aparece "no va jamás al baño".

Anisia Serendipia dijo...

Muchiiiisimas gracias a todos.
Muchisimas gracias anónimo:

No va jamás al baño
Otro ejemplo curioso se encuentra en el poema que Borges, poco antes de morir, dedica a Sherlock Holmes. Borges amaba a Sherlock Holmes y morirá con el recuerdo del detective. Es un recuerdo ingenuo, melancólico, de las lecturas de su infancia. En el poema, le llaman la atención dos cosas: que Sherlock Holmes nunca tuviese relaciones sexuales, que Sherlock Holmes a lo largo de tantas historias nunca fuera al baño: "No va jamás al baño. Tampoco visitaba/ ese retiro Hamlet, que muere en Dinamarca/ y que no sabe casi nada de esa comarca/ de la espada y del mar, del arco y de la aljaba."

Gracias