jueves, 23 de septiembre de 2010
hallé tu gran afán enajenado
de los modales en la mesa de mi señor Ludovico y sus invitados
La costumbre de mi señor Ludovico de amarrar conejos adornados con cintas a las sillas de los convidados a su mesa, de manera que puedan limpiarse las manos impregnadas de grasa sobre los lomos de las bestias, se me antoja impropia del tiempo y la época en que vivimos. Además, cuando se recogen las bestias tras el banquete y se llevan al lavadero, su hedor impregna las demás ropas con las que se los lava.
Tampoco apruebo la costumbre de mi señor de limpiar su cuchillo en los faldones de sus vecinos de mesa.¿por qué no puede, como las demás personas de su corte, limpiarlo en el mantel dispuesto con ese propósito?
de una alternativa a los manteles sucios
Al inspeccionar los manteles de mi señor Ludovico, luego de que los comensales han abandonado la sala de banquetes, hállome contemplando una escena de tan completo desorden y depravación, más parecida a los despojos de un campo de batalla que a
ninguna otra cosa, que ahora considero prioritario, antes que pintar cualquier caballo o retablo, la de dar con una alternativa.
Ya he dado con una. He ideado que a cada comensal se le dé su propio paño que, después de ensuciado por sus manos y su cuchillo, podrá plegar para de esta manera no profanar la apariencia de la mesa con su suciedad. ¿Pero cómo habré de llamar a estos paños? ¿Y cómo habré de presentarlos?
secadora de servilletas giratoria
Leonardo da Vinci
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2 comentarios:
m´ha fet molta gracia les anécdotes que acabo de llegir. Ja veus tu com eren els temps passats, no sempre fóren mellors. Una cosa queda clara Leonardo Da Vinci era geniut .Y te esribo en catalán porque parece que te interesa ya sabes A mandar
Moltes gràcies. T´envio petons.
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