Navega el navegante, aunque sepa que jamás tocará las estrellas que lo guían

¡Salud a la cofradía trotacalle y trotamundo!


jueves, 16 de septiembre de 2010

oda a un ruiseñor














En Julio de 1819, Keats estaba en la Isla de Wight y su alejamiento de Hampstead motiva la primera de sus cartas a Fanny Brawne:

Mi señora muy querida:

Me alegro de no haber tenido oportunidad de enviarte una carta que te escribí el jueves por la noche; se parecía demasiado a las de la héloisa de Rosseau. Esta mañana soy más razonale. La mañana es el único momento apropiado para escribir a la linda niña a quien tanto amo; porque de noche, cuando el día solitario ha concluído y mi cuarto vacío, silencioso, sin música, está esperando para recibirme como un sepulcro, entonces, créeme, la pasión me avasalla; por nada quisiera que vieses los raptos a los que jamás hubiera pensado que me entregaría, y que muchas veces me hicieron reir en otros; temo que me creerías o demasiado desdichado, o quizá algo loco. Ahora estoy junto a la ventana de un bonito cottage, mirando un bello paisaje ondulado, donde se entrevé el mar; la mañana es espléndida. No sé cuál ágil sería mi espiritu, qué placer me daría vivir aqui, respirando y correteando libre como un ciervo por esta hermosa costa, si tu recuerdo no pesara tanto sobre mí. Nunca conocí una felicidad completa que durase muchos días; la muerte o la enfermedad de alguien siempre la malograron; y ahora, cuando no me oprimen esas penas, muy duro es, confiésalo, que otra clase de dolor me acose. Pregúntate, amor mío, si no eres harto cruel por haberme aprisionado, por haber destruído asi mi libertad. Confiésalo en la carta que escribirás en seguida, y haz lo que puedas por consolarme, hazla sabrosa como una infusión de adormiera que me embriague; escribe las palabras más dulces y bésalas, para que mis labios rocen al menos el lugar donde se posarón los tuyos. No sé cómo expresar mi devoción por una criatura tan bella: necesito una palabra más radiante que radiante, una palabra más bella que bella, cási desearía que fuéramos mariposas y sólo viviéramos tres días de estío..





Contigo podrías llenar esos tres días con más deleite del que jamás contendrían cincuenta años comunes. Pero por más egoísta; como te dije uno o dos días antes de salir de Hampstead, jamás volveré a Londres si mi destino no me da una carta de triunfo. Aunque podría concentrar en ti toda mi felicidad, no puedo pretender acaparar tan enteramente tu corazón; en verdad, si pensara que sientes por mí todo lo que siento por ti en este momento, no creo que pudiera impedirme verte mañana mismo por el solo placer de abrazarte. Pero no; debo vivir de esperanza y azar. En caso de que lo peor ocurra, te seguiré amando..pero qué odio sentiré hacia el otro. Unos versos leídos hace poco resuenan continuamente en mis oídos:
Ver esos ojos que aprecio más que los míos
flechar a otro con favores,
y esos dulces labios, dadores de néctar inmortal,
dulcemente oprimidos por cualquiera, que no por mí..
Piensa, Francesca, piensa qué maldición sería,
inexpresable!"
J.

[La versión aqui presentada es abreviada. Si estais interesados en Keats, existe una traducción de la "Vida y cartas de John Keats" de Lord Houghton por Julio Cortazar

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy buenos los comentarios, de la película, muy buenas las fotos que la acompañan. Vi la película,y me pareció buenísima,y además se nota que la ha dirigido una mujer por la sensibilidad de la puesta en escena, y por el mimo con que cuida cada detalle.