Navega el navegante, aunque sepa que jamás tocará las estrellas que lo guían

¡Salud a la cofradía trotacalle y trotamundo!


sábado, 20 de febrero de 2016

los ruiseñores no hacen otra cosa que crear música para que la disfrutemos


Umberto Eco y Harper Lee, dos escritores que triunfaron gracias al cine y que se fueron ayer, 19 de febrero. 

Atticus Finch no hacía nada que pudiera despertar la admiración de nadie: no cazaba, no jugaba al póker, no pescaba, no bebía, no fumaba... Se sentaba y leía.




-La señorita Gates es una buena dama, verdad?
-Seguro que sí- dijo Jem. Me gustaba mucho cuando estaba en su clase.
-Ella odia mucho a Hitler...
-Qué tiene eso de malo?
-Bueno, ella nos contó hoy lo terrible que es tratando a los judíos, no es bueno perseguir a nadie, verdad? quiero decir, ni tener malos pensamientos sobre la gente, verdad?
-Claro que no, Scout. Que te sucede?
-Bueno, al salir de la corte esa noche la Señorita Gates -iba delante de nosotros al bajar la escaleras, no debes haberla visto-, caminaba hablando con la señorita Stephanie Crawford. La escuché decir -ya era hora que alguien les enseñara una lección, ya se estaban excediendo, lo próximo que pensarán es que podrán casarse con nosotros-. Jem, como puedes odiar tanto a Hitler y después dar la vuelta y ser tan cruel con la gente que tienes aquí en casa. Harper Lee.


Truman Capote también fue en un escritor que debió mucha de su fama al cine y, no solo por Breakfast at Tiffany's, también por Matar un ruiseñor, porque el personaje del niño Dill, que está pasando el verano con su tia en Maycomb y juega con Jem y Scout, está inspirado en el.





La belleza del mundo es todo lo que se manifiesta en sus elementos particulares, como las estrellas en el cielo, los pájaros en el aire, los peces en el agua y los hombres sobre la tierra. Plotino

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