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¡Salud a la cofradía trotacalle y trotamundo!


martes, 3 de abril de 2012

yo decía haber creído en ti en mi infancia

en el Evangelio del Martes Santo



Jesús anticipa a sus discípulos la traición de Judas y las Negaciones de San Pedro. El texto es de San Juan:

En aquel tiempo, Jesús, profundamente conmovido, dijo:
-«Os aseguro que uno de vosotros me va a entregar».
Los discípulos se miraron unos a otros perplejos, por no saber de quién lo decía. Uno de ellos, el que Jesús tanto amaba, estaba reclinado a la mesa junto a su pecho. Simón Pedro le hizo señas para que averiguase por quién lo decía. Entonces él, apoyándose en el pecho de Jesús, le preguntó:
-«Señor, ¿quién es?».
Le contestó Jesús:
-«Aquel a quien yo le dé este trozo de pan untado».
Y untando el pan, se lo dio a Judas, hijo de Simón el Iscariote. Detrás del pan, entró en él Satanás. Entonces Jesús le dijo:
-«Lo que tienes que hacer hazlo en seguida».
Ninguno de los comensales entendió a qué se refería. Como Judas guardaba la bolsa, algunos suponían que Jesús le encargaba comprar lo necesario para la fiesta o dar algo a los pobres. Judas, después de tomar el pan, salió inmediatamente. Era de noche. Cuando salió, dijo Jesús:
-«Ahora es glorificado el Hijo del hombre, y Dios es glorificado en él. Si Dios es glorificado en él, también Dios lo glorificará en sí mismo: pronto lo glorificará. Hijos míos, me queda poco de estar con vosotros. Me buscaréis, pero lo que dije a los judíos os lo digo ahora a vosotros: Donde yo voy, vosotros no podéis ir».
Simón Pedro le dijo:
-«Señor, ¿a dónde vas?»
Jesús le respondió:
-«Adonde yo voy no me puedes acompañar ahora, me acompañarás más tarde».
Pedro replicó:
-«Señor, ¿por qué no puedo acompañarte ahora? Daré mi vida por ti».
Jesús le contestó:
-«¿Con que darás tu vida por mí? Te aseguro que no cantará el gallo antes que me hayas negado tres veces».
Juan 13, 21-33 36-38




En la historia del mundo, ¿ qué significas tú?
Hace año y medio discutí este tema en un café de Moscú.
Un sabio ruso no te daba mayor importancia.
Yo decía haber creído en ti en mi infancia.
Una bailarina célebre por su belleza
Decía que tú eres solamente un cuento de tristeza
Todos te negaron y ningún gallo cantó:
Acaso Pedro oyéndonos lloró.
Y al fondo de una vieja Biblia tu sermón de la montaña
Seguía resonando de una manera extraña.
Señor, yo también tengo mi vía dolorosa, mis caidas y mi pasión;
Saltando meridianos como un tigre herido, sangra y aúlla mi corazón.

versos de Raúl González Tuñón

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Más que un cuento de tristeza fue un canto de rebelión. ¡Qué divertida y qué éxito tuvo el Jesucristo Superstar de nuestra infancia!. Gracias por el poema y por recordar la película, estaba muy bien y muy moderna para la época y para ésta, en que la mayoría de argumentos de moda son tan ñoños y predecibles

Anisia Serendipia dijo...

Sí, el personal está de lo más retrogrado y carpetovetónico´...
El caso es que entonces me pareció "normal", salvo Ted Neeley excepcional (aunque ahora lo encuentro deslavazado). Es ahora cuando me parece avantgarde, si se estrenase este año lo mismo hay anatemas por doquier