Enrique Sierra, 17 de febrero de 2012
Me crucé una vez con el. Una tarde del verano de 1989 en la puerta de acceso al recinto de Torres Blancas donde vivían unos amigos míos. Y con ese aspecto que luce en las fotos resultó de trato exquisito, dijo ¡hola!, abrió la puerta de la verja, esperó a que yo entrara y dijo ¡adiós!.
¡aprendió en una escuela de calor!
3 comentarios:
Caído en la boca de un dios tenebroso
Me imaginé que te llevarías un disgusto con la noticia, Anisia
Así ha sido. Con la buena impresión que me quedó de el desde entonces, cuando era superfan, y para siempre.
Descanse en paz después de tanto sufrimiento.
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