Y no es tarde ni es pronto, es Carnaval
Domeka Karnabal_El 22 de febrero de 1979 la Coordinadora de Comparsas recuperó para Bilbao la tradición del Carnaval, prohibida desde los años 30.
Antes, José Mari Odriozola, nuestro profesor de euskera en 2º de BUP en el Instituto, que entonces era una asignatura que añadías voluntariamente a las obligatorias, ya nos había puesto a trabajar a un grupo de sus alumnos para que el domingo, 28 de febrero de aquel año 1979, pudiésemos devolver el Carnaval a las calles de Durango. El quizá se acuerde bien del argumento pues el guión sería suyo, puede que de Paco Obregón, alma mater de Geroa, que ya para entonces era toda una institución y fue quien nos dirigió la obra. Lo que yo recuerdo es que Gregorio E representaba a la muerte con su guadaña sobre el carro y que yo hacía de pájaro en una representación que, después de desfilar por la parte vieja, terminaba con un vuelo liberador en el Pórtico. En la foto, delante de mí mi amiga Irene, otro pájaro. Paco Obregón nos decía en los ensayos que teníamos que ir agachadas pero como si nos estuvieran golpeando en la espalda. Que teníamos que transmitir el dolor que suponía arrastrar el carro y a la vez reflejar los latigazos que soportábamos subiendo un poco los hombros hacia arriba. El vuelo del pájaro representaba la liberación del yugo opresor. Aquel martes de Carnaval fuimos a Amorebieta a representar la obra. Creo recordar que porque allí ya se celebraba con anterioridad los Carnavales, y que lo hicimos en el frontón.
Hasta José Mari, del Carnaval solo conocía el Txitxiburduntzi en el monte el domingo antes de carnaval, los versos de una canción: eguen zuri honetan… Que en mi casa algo si se celebraba porque decían hoy es eguenzuri, hoy viernes flaco… merendar tostadas del Martitzen Karnabal: “Como postre, unas tostadas; bien de pan mojado en leche y fritas, bien elaboradas a base de harina. La ambición por el consumo por este dulce alimento era tan esperada que, incluso, se asaltaban las casas para conseguirlo. Cuestión ésta, la del robo, que en determinados pueblos y aldeas se convirtió en un momento como parte de la tradición, y la cual ha servido como uno más de los actos propios de estas fechas” (euskonews). Después, venía la celebración del miércoles de ceniza en el colegio: enséñanos a sentir y a prescindir, danos tranquilidad pedía T. S. Eliot en su poema para este día. A comienzos de los 80 se empezó a celebrar en Durango la tarde de martes de Carnaval, ahora de total capa caída.
En algún lugar leí que mi bisabuelo paterno había ganado el premio a la mejor careta de los carnavales de Durango en 1900: únete a la mascarada, ensaya un aire jovial y goza…
Y a otro le parecerá otra cosa en MUGALARI
Tan lejos, tan cerca
by Jack Peterson, años 50. Lerwick, Islas Shetland |
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