Navega el navegante, aunque sepa que jamás tocará las estrellas que lo guían

¡Salud a la cofradía trotacalle y trotamundo!


martes, 3 de junio de 2014

con tizas de todos los colores sobre el pizarrón del infortunio dibuja el rostro de la felicidad


4. Bosnian Déjà Vu

Las vacaciones de mis padres

"Desde hace quince años, cada 5 de septiembre, mis pa­dres hacen las maletas y van, cargados de un montón de cosas inútiles, a pasar quince días a Herceg Novi. Mi pa­dre no soporta el mar, mi madre tampoco es entusiasta, pero pueden verla desde lejos, sentada en una silla junto a la orilla, cuando cae la tarde, contemplando la isla de Manula donde su hijo mayor, Ešo, fue fusilado el 16 de julio de 1942. Yo estoy seguro de que mi madre lleva en un tarro un poco de mermelada de cerezas. Ešo la roba­ba siempre en la cocina. Así mis padres, en el crepúsculo de Herceg Novi, fijan con la mirada el punto que fue su último refugio terrestre....." Izet Sarajlić



Bosnian Déjà Vu




País en el que casi no existen autopistas. Al borde de la carretera, una niña ofreciendo moras en un
cuenquito a los coches que pasaban. Bosnia es el tercer país más pobre de Europa.

El viaje que hice para conocer a la familia de Bosnia, me evocó imágenes de la vida dura que tuvieron que vivir nuestros antepasados. Fue como ponerme delante de un espejo que me transportaba al pasado.

Ayudó mucho el escenario tan parecido a nuestros paisajes: bosques y prados; llenos de robles y hayedos, pinos y árboles frutales.

Aunque las diferencias culturales y religiosas son evidentes, lo escuchado sobre la guerra de Bosnia y la guerra civil aquí en el País Vasco, la auto producción, la hospitalidad, el rol de la mujer, la influencia de la religión… me hicieron ver que las semejanzas son mas, y que las necesidades básicas de los seres humanos son las mismas en todas partes. (Goiuri)


Dónde? Museo de Arte e Historia de Durango
Cuándo? Del 10 al 29 de junio de 2014


Goiuri Aldekoa-Otalora

Una calle para mi nombre

Paseo por la ciudad de nuestra juventud

y busco una calle para mi nombre.

Las calles grandes, ruidosas,

se las dejo a los grandes de la historia.

¿Qué hacía yo mientras se hacía la historia?

Simplemente te amaba.

Busco una calle pequeña, simple, cotidiana,

a través de la cual, sin llamar la atención de nadie,

podamos pasear incluso después de la muerte.

No es importante que tenga un paisaje hermoso,

tampoco que haya pájaros.

Lo importante es que en ella puedan tener refugio

cualquier hombre o perro en peligro.

Sería hermoso que estuviera empedrada,

pero tampoco esto es imprescindible.

Lo más importante es que

en la calle que lleve mi nombre

no le suceda nunca a nadie una desgracia.


Izet Sarajlić


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