Navega el navegante, aunque sepa que jamás tocará las estrellas que lo guían

¡Salud a la cofradía trotacalle y trotamundo!


jueves, 1 de mayo de 2014

la fiesta de la señora Dalloway


las amantes de la moda y la belleza, y de la poesía, celebramos el 1 de mayo así


En las gramolas suena esta música




Esto es lo que suena. Esto, o  las olas "que" rompen en la playa. Junto a este libro tan precioso que me ha enviado mi amiga Marta por el día internacional de los trabajador@s.


"El sol aún no se había alzado. Sólo los leves pliegues, como los de un paño algo arrugado, permitían distinguir el mar del cielo. Poco a poco, a medida que el cielo clareaba, se iba formando una raya oscura en el horizonte, que dividía el cielo del mar, y en el paño gris aparecieron gruesas líneas que lo rayaban, avanzando una tras otra, bajo la superficie, cada cual siguiendo a la anterior, persiguiéndose una a otra, perpetuamente.
Al acercarse a la playa cada barra se alzaba, se amontonaba sobre sí misma, rompía, y se deslizaba un sutil velo de agua blanca sobre la arena. La ola se detenía, y después volvía a retirarse arrastrándose, con un suspiro como el del durmiente cuyo aliento va y viene en la inconsciencia. Poco a poco, la oscura raya en el horizonte se aclaraba, como si las partículas suspendidas en una vieja botella de vino hubieran descendido al fondo, dejando verde el vidrio. También más allá se aclaraba el cielo, como si el blanco poso hubiera descendido, o como si el brazo de una mujer recostada bajo el horizonte hubiera alzado una lámpara, y planas barras blancas, verdes y amarillas se proyectaban en el cielo, como las varillas de un abanico. Entonces, la mujer alzó más la lámpara, y el aire pareció devenir fibroso y apartarse de la verde superficie, chispeante y llameado, en rojas y amarillas hebras como el humeante fuego que ruge en una hoguera. Poco a poco, las hebras de la hoguera se fundieron en un resplandor, en una incandescencia que alzó el peso del gris cielo lanudo, poniéndolo encima de él, y lo convirtió en millones de átomos de suave azul. La superficie del mar se hizo despacio transparente, y estuvo destellante y rizada hasta que las oscuras barras quedaron casi borradas. Lentamente, el brazo que sostenía la lámpara la alzó más, y después más, hasta que la ancha llama se hizo visible. Un arco de fuego ardía en el borde del horizonte, y a su alrededor el mar lanzaba llamas doradas.
La luz incidió en los árboles del jardín, y dio transparencia a una hoja. Y luego a otra. Un pájaro gorjeó alto. Hubo una pausa. Otro pájaro gorjeó más bajo. El sol dio relieve a los muros de la casa, y se posó como la punta de un abanico cerrado en una blanca persiana, dejando una azul huella digital de sombra bajo la hoja junto a la ventana del dormitorio. La persiana se movió lentamente, pero dentro todo era penumbra sin sustancia. Fuera, cantaban los pájaros su melodía vacía".

Virginia Woolf que decía que los pájaros cantan en griego, y que escribía poesía en prosa. O prosa como si fuera poesía

5 comentarios:

Dagusa dijo...

¡Qué favorecidos salís en la ilustración, Anisia, su galán y sus copas de champán!. Una celebración exquisita como homenaje al Día del Trabajo -los trabajadors no tienen por qué ser menos exquisitos o cultivados o artísticos que los poderosos.
A pesar de todas las campañas en contra, aún vamos bastantes a las manifestaciones del 1 de mayo, día del trabajador. Aunque no se sea consciente, somos trabajadores por siempre o aspirantes a serlo: las dos circunstancias suficientes para ir en el mismo grupo.

Anónimo dijo...

La película, protagonizada por las estupendas Vanessa Redgrave y con Natascha McElhone , también era muy buena.

Eimar K1 dijo...

¡vaya, qué bonito libro!

Anisia Serendipia dijo...

El libro precioso y el contenido fascinante. Los personajes... pues encuentras que estás en todos ellos. Para leer y releer una u otra vez. Aunque a veces te sobrevenga una congoja infinita. Absolutamente de acuerdo con que "los trabajadores no tienen por qué ser menos exquisitos o cultivados o artísticos que los poderosos": Los nada de hoy todo han de ser.

CBM dijo...

De verdad que sí que es un libro bonito. Buena celebración para el día del trabajo. En este país pronto estaremos de fiesta: todos, todo el día, al paso que va el paro. A ver si nos preparan los ricos, los contratistas ... y los de buen sueldo tipo europeo decente unas fiestas como las de la señora Dalloway; nos portaremos todos bien y nos beberemos todo el champán sin dejar nada.