Una antigua leyenda japonesa promete que cualquiera que haga mil grullas de papel recibirá un deseo de parte de una grulla, tal como una vida larga o la recuperación de una enfermedad.
Sadako hizo 644 grullas antes de morir, en octubre de 1955. Dicen que los comprañeros de su escuela terminaron de hacer la grullas que faltaban. Años después se construyó una estatua dedicada a Sadako en el Parque de la Paz, Hirosima.
Abriendo el pavo real su cola, decía que aquel abanico de finísimas plumas no tenía en el mundo otra cosa que le igualara en perfección y hermosura.
- Ciertamente – respondió la grulla -, confieso que eres más hermoso que yo, pero si tus plumas son más vistosas que las mías, en cambio no te sirven para volar.
- Yo, con mis alas – prosiguió la grulla -. Puedo elevarme hasta las nubes, contemplando bajo mis pies todas las maravillas de la tierra.
Moraleja:
Nadie tenga en menos a su vecino,
que Dios a cada uno da su cualidad.
Esopo
1 comentario:
el oficio del pavo, es ciertamente pavonearse, y lo cumple. La grulla también a su modo se pavonea.
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