
versos de El alumbrado
Acostumbra el hombre hablar con su cuerpo, ojear
su ojo, orejear diamantino
su oreja, naricear
cartílago adentro el plazo de su
aire, y así ojeando orejeando la
no persona que anda en el crecimiento
de sus días últimos, acostumbra
callar
Gonzalo Rojas
3 comentarios:
Como siento ahora haber tirado mi primera aple...igualita a la de la foto.
¡Que bonitos eran! Me acuerdo de la primera vez que ví uno
Mucho homenaje bueno para él, suerte que tiene. Lo cierto es que los profesionales gráficos le tenían por un gran timador, sus aparatos sólo los podía arreglar él, se cuidó bien de ganar su dinero y hacer su monopolio y saber venderse, un artista. Lástima que no aprovechara las grandes dotes que tenía en la evolución y el progreso de la humanidad entera. Un ejemplo de capitalismo estadounidense puro y duro.
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