Navega el navegante, aunque sepa que jamás tocará las estrellas que lo guían

¡Salud a la cofradía trotacalle y trotamundo!


domingo, 30 de mayo de 2010

de las cabras en las cocinas



El libro de recetas infantiles Errazetak está formado por 21 recetas muy sencillas, adaptadas para que en la elaboración puedan participar los niños a partir de 2 años de edad. El objetivo de la publicación, escrita en euskera, es que padres e hijos disfruten de un rato divertido. En lo que respecta a su diseño, se trata de un libro con un formato útil y cómodo, y cuyas páginas se pueden limpiar fácilmente, simplemente pasando un trapo por ellas.

Visto en: libreria Urrike, Durango.
Precio: 20€.

Los sueños de los niños inventando países

PORQUE el niño conserva todos los libres bríos
de la invención, baraja sus monstruos increíbles
y sus enloquecidos ángeles.
La bárbara inocencia sin prejuicios de la
primera pureza
y el espléndido caos, el delirio de la razón, la fantasía.

El niño es el primer surrealista.

Y crece es hombre, y sigue viviendo más no
sabe
y quien lo lleva adentro así lo ignora.
A veces, de manera sutil, eso supongo,
en cada acto adulto la infancia nos vigila
-una voz, un suceso rotundo, familiar, una
lámpara,
una paloma herida con mensaje-.

Todo hombre en el final minuto de su invierno
piensa en algo lejano cuando muere.
Y la muerte es el último país que el niño
inventa.
Raúl González Tuñón

2 comentarios:

Anisia Serendipia dijo...

También están muy bien "Cocinar es un juego de niños" y "Sukaldean jolasean" editados en 2002 de los autores: Julia Garcia de Isusi recetas; Luis de Isusi relato y Javier de Isusi ilustraciones. Y los podríais comprar en http://www.derecoquinaria.com por 9,50€.

baldo dijo...

Con peras amarillas
y llenas de rosas silvestres
la tierra pende sobre el lago.
Vosotros, hermosos cisnes,
sumergís ebrios de besos la cabeza
en la sagrada sobriedad del agua.

¡Ay de mí! ¿Dónde recogeré flores
en invierno? ¿Dónde
el espejo del sol
y las sombras de la tierra?
Los muros se alzan
mudos y fríos. En el viento
chirrían las veletas.