Navega el navegante, aunque sepa que jamás tocará las estrellas que lo guían

¡Salud a la cofradía trotacalle y trotamundo!


sábado, 21 de noviembre de 2015

yo te cantaré y tu me verás


Nombras el cielo, niña, y el cielo azul, la nube blanca, la luz de la mañana, se meten en el pecho hasta volverlo cielo y transparencia. Así habla Octavio Paz de la primavera. Y yoko Ono conectaba en directo con el cielo a través de una cámara para mostrarselo, el cielo, a tiempo real al visitante. En este televisor en el interior del Museo Guggenheim. Que lo ví yo. Sky TV se llamaba.


 

Hoy se celebra el  Día Mundial de la Televisión. No lo sabía y eso que me incumbe.
Las comunicaciones se han convertido en una de las cuestiones internacionales básicas de nuestro tiempo, no sólo por su importancia para la economía mundial, sino también por sus repercusiones para el desarrollo social y cultural. 
Dentro del mundo de las comunicaciones, la televisión es una de las protagonistas clave, por su influencia cada vez mayor en el proceso de adopción de decisiones, al haber sido los ojos del mundo en muchos conflictos y otras amenazas para la paz y la seguridad, así como por haber llamado la atención de toda la sociedad en importantes cuestiones económicas y sociales. (ONU)

Lo que parece que si sabía, eso que ya no me incumbre, es que hoy es el día de la niña María. Lo que se le queda a uno grabado en el olvido. Me ha despertado un repique de campanas en ritmo de alegría y medio dormida he pensado que día será hoy para tanto campaneo a la vez que pensaba ES LA NIÑA MARÍA. ¿¡La niña María!?  Pero ¿¡cómo me he podido acordar yo de eso medio dormida!? ¿¡De que hoy sería la niña María¡? Si, el 21 de noviembre se celebra el día de la Presentación de la niña María en el Templo y cuando yo niña, las monjas nos hacían ir en parejas y en procesión a misa, con un velo en la cabeza.

Y así es como lo representa Giotto. La niña María debía de tener unos 3 años, parece mayor,  y le acompañaron Santa Ana y San Joaquín y allí le dejaron, donde permaneció  nutriéndose como una paloma, y recibíendo su alimento de manos de un ángel:


La niña extraña

Tenía un grillo entre las sienes
y sabía decir mariposa.
Lo demás lo ignoraba.
Un día descubrió que Dios no era una alondra.
Otro día
les dijo a las simientes
que sería más lindo brotar alas.
Al fin
se convenció de que en el mundo
hay demasiadas cosas sabias.
Y se fue despacito,
caminando,
caminando hasta el alba.

Ana Emilia Lahitte

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