Navega el navegante, aunque sepa que jamás tocará las estrellas que lo guían

¡Salud a la cofradía trotacalle y trotamundo!


sábado, 31 de enero de 2015

lo que cambió ayer tendrá que cambiar mañana


vientos del pueblo me llevan, vientos del pueblo me arrastran



Mis amigas de Madrid me han llamado desde la manifestación que había hoy y me han llamado para decirme "a los primeros a los que hemos visto, a los de tu pueblo vascos de piedra blindada, y después a Uno que nos miraba y nos miraba y nos miraba... ¡a tu gran amor de hace 25 años, Monty!Un abrazo para ti. Y otro para vosotras.

"Una poética de la convocatoria cuyo valor reside en el poder de exhortar a la lucha, sumar voluntades ... la corporización pública de la fraternidad" ( María Fernanda Alle sobre la POESÏA de RGT)


la gente es la Poesía

6 comentarios:

Solis Fosteris dijo...

Banderas mezcladas, banderas sin importancia, juntos
Podríamos

Anisia Serendipia dijo...

¡Cambiar el mundo, sí... tú y yo podemos!

Emeren dijo...

VATIO.- Yo soy poeta, y el poeta es profeta (Se acerca al obrero y le abraza.
Luego, volviéndose al público, y como inspirado). Yo veo la gran aurora y la
alegría de los hombres. Estoy viendo el día en que todos los hombres trabajarán
y por lo tanto trabajarán sólo lo necesario (...) Veo la venida de una gran cultura,
el nacimiento de un arte superior, grandes fiestas colectivas y espectáculos
de masas de una inventiva inagotable. La juventud cantando a la vida, alegre de
vivir. La mujer en igualdad absoluta con el hombre (...)
ASTRA.- ¿Y quiénes cambiarán el mundo?
CIRIO.- ¿Quiénes crearán ese mundo nuevo?
OBRERO.- Las víctimas del mundo viejo. (En la luna, V.Huidobro)

Soina Ek dijo...

Este mundo viejo deja y dejarå muchas víctimas pero es hermoso el texto

Sebastián Salazar Bondy dijo...

Tres confesiones

Es grato oírse llamar por su nombre
y ser amigo de otros hombres y otras mujeres
cuando retornan a la ternura
desde las islas en donde fueron confinados,
cada uno con su pesar, cada uno con su dicha,
cada uno ocupado con su tempestad,
altivo cada uno y sin embargo ardiente.

Es grato, por ejemplo, escuchar esa voz o ésta
fluir sobre la mesa como un arroyo incesante
al pie de un vado donde la caravana se detiene.
Su caudal golpea nuestro pecho, resonante,
y lo colma de espumas, ondas y reflejos,
inmateriales dones de la vida que en secreto
alimenta su curso y se consume.

Devolver esa ofrenda, tender la mano o el corazón
-la íntima paloma que levanta el vuelo
sobre las moradas de los hombres-,
nos hace más dulces, nos invita
a llevar al amigo consigo y darlo siempre a los demás
en la menor palabra de esperanza o de perdón.

Esto es lo que celebro de la amistad,
lo que brilla en mi persona si alguien me llama
por mi nombre.

Sebastián Salazar Bondy

Anisia Serendipia dijo...

¡Qué maravillas! Yo es que no entiendo a la gente cuando dice que no entiende la poesía.
Muchas gracias a todos