Navega el navegante, aunque sepa que jamás tocará las estrellas que lo guían

¡Salud a la cofradía trotacalle y trotamundo!


domingo, 6 de octubre de 2013

5/10: la juventud también es un estado de ánimo y una manera de vivir, como la poesía


emancipate yourselves from mental slavery

Freedom



EMANCIPATE YOURSELVES FROM MENTAL SLAVERY
NONE BUT OURSELVES CAN FREE OUR MINDS
HAVE NO FEAR FOR ATOMIC ENERGY
CAUSE NONE OF THEM CAN STOP THE TIME
HOW LONG SHALL THEY KILL OUR PROPHETS
WHILE WE STAND ASIDE AND LOOK
YES SOME SAY IT´S JUST PART OF IT
WE´VE GOT TO FULFILL THE BOOK

2 comentarios:

Eimar dijo...

Elogio de la sombra - Borges ...
otro estado de ánimo,

La vejez (tal es el nombre que los otros le dan)
puede ser el tiempo de nuestra dicha.
El animal ha muerto o casi ha muerto.
Quedan el hombre y su alma.
Vivo entre formas luminosas y vagas
que no son aún la tiniebla.
Buenos Aires,
que antes se desgarraba en arrabales
hacia la llanura incesante,
ha vuelto a ser la Recoleta, el Retiro,
las borrosas calles del Once
y las precarias casas viejas
que aún llamamos el Sur.
Siempre en mi vida fueron demasiadas las cosas;
Demócrito de Abdera se arrancó los ojos para pensar;
el tiempo ha sido mi Demócrito.
Esta penumbra es lenta y no duele;
fluye por un manso declive
y se parece a la eternidad.
Mis amigos no tienen cara,
las mujeres son lo que fueron hace ya tantos años,
las esquinas pueden ser otras,
no hay letras en las páginas de los libros.
Todo esto debería atemorizarme,
pero es una dulzura, un regreso.
De las generaciones de los textos que hay en la tierra
sólo habré leído unos pocos,
los que sigo leyendo en la memoria,
leyendo y transformando.
Del Sur, del Este, del Oeste, del Norte,
convergen los caminos que me han traído
a mi secreto centro.
Esos caminos fueron ecos y pasos,
mujeres, hombres, agonías, resurrecciones,
días y noches,
entresueños y sueños,
cada ínfimo instante del ayer
y de los ayeres del mundo,
la firme espada del danés y la luna del persa,
los actos de los muertos,
el compartido amor, las palabras,
Emerson y la nieve y tantas cosas.
Ahora puedo olvidarlas. Llego a mi centro,
a mi álgebra y mi clave,
a mi espejo.
Pronto sabré quién soy.


Anisia Serendipia dijo...

No, si lo malo de la vejez es que, por muchísimo que te quede, ¡te queda bien poco!. Por lo demás ES el tiempo de nuestra dicha.
De todas formas, la mejor edad siemper es en la que uno está.